jueves, 18 de octubre de 2012

Villa Adelina (Parte de su Historia)

Cuando en alguna localidad los hechos que marcan hitos no trascienden fuera de sus límites, es obvio que su historia se desarrolla sin mayores sobresaltos. Entonces un hito puede ser un loteo, la llegada de un tren, la instalación del alumbrado público, o cualquier otro hecho que los pobladores recuerdan como un cambio que sólo a ellos afectó. Villa Adelina es de esta clase de pueblos. De historia lineal, sin accidentes remarcables. Está hecha con el trabajo silencioso de todos los días de su gente, siguiendo las pautas generales en el desarrollo del partido, hasta convertirse en una localidad residencial de cada vez mejor nivel.

Hasta la época rosista las tierras de Villa Adelina formaban partel del Cuartel 5° de Santos Lugares. La descripción de sus límites dice así en el parte elevado por el Juez de Paz en 1836: "Cuartel 5° de Santos Lugares: que comprende por el frente con los fondos del Cuartel 3° y 4° (de Olivos y La Calera) y su fondo por el partido de Morón, por el norte con el Cuartel de La Mercedy por el sur con el Partido de San José de Flores".

Al crearse el partido de San Martín en 1864 quedó reducido a la mitad, o menos, como apéndice de la Lomas de San Isidro. La creación del Partido de Vicente López, en 1905, le restó nuevas tierras y la redujo a sus dimensiones actuales.

Primeros habitantes
El "Pago de Monte Grande" es de origen plenamente "guaraní", como también lo es la ciudad de Buenos Aires. Sus primeros habitantes fueron los "Mbeguas", a los que los españoles denominaban "guaraníes de las roxas", queriendo con esto significar que eran labradores, ya que "roxas" eran tierras limpias de malezas listas para sembrar.

La llegada de los españoles
Las tierras de lo que hoy Villa Adelina tuvieron como primer dueño al Capitán Don Juan Ruíz de Ocaña, a quien le fuera concedida como suerte una estancia sobre la margen del Río de las Conchas. Hecho que ocurrió a la muerte de Juan de Garay en 1583. También le fueron encomendados cincuenta indios con sus mujeres, hijos y enseres, a cuyo cacique, Ocaña había vencido en dura lucha. Dicha estancia estaba limitada hacia el este por el Camino Fondo de la Legua, que aún hoy constituye uno de los límites de Villa Adelina y conserva en esta localidad su original nombre y trazado.



Este camino corría por los fondos de las chacras otorgadas por Garay en 1580 a los 65 jefes de familias colonizadoras que lo acompañaron desde Asunción a fundar la ciudad de la Trinidad, que más tarde tomaría el nombre de su puerto: Buenos Aires. Todas las chacras se extendían desde la barranca del Río de la Plata hasta una legua de la misma. De allí deriva su nombre. En los siglos XVII y XVIII las tierras pasan a manos de los sucesivos descendientes de Ocaña. Entre ellos vale la pena destacar a su tataranieta. Ana María, quien se casó con el Capitán Juan Márquez, que también pertenecía a una familia de grandes terratenientes. Los Márquez, cuyo hijo Fernando, nieto de Mariano y bisnieto de Bernabé, quienes tuvieron una conocida actuación en la historia de nuestro partido, heredan una gran extensión de la original estancia.

Los primeros propietarios
Ya en el siglo XX, entre los años 1816 y 1830 comienzan a figurar los nombres de los primeros propietarios. "Herederos de Matías López", "Agustina Aramburu" y doctores "Eliseo y Zoilo Cantón". Estos últimos fueron dueños de una gran extensión que, desde Boulogne llegaba hasta las actuales Av. De Mayo y Lamadrid. La fraccionan en parte y la venden a los que fueron pioneros del lugar, transformando, la zona en quintas y chacras. Los nuevos propietarios en su mayor parte eran vascos y algunos portugueses.

Hacia fines del siglo anterior se fueron sumando una gran cantidad de italianos y españoles. La mayoría provenientes del norte de Italia, como Piamonte, Génova y Lombardía. Se dedican al cultivo de verduras, frutas y algunos cereales además de floricultura y carnicería. También instalan molinos harineros (tahonas) y fábrica de ladrillos.
Son algunos de ellos, los Matteri, Marchezotti, Lupi, Iommi, Illuminatti, Pozzi, Ottonelli, Tombesi, Maggiolini, Incardona, Beltrame, Pizurno, Zunino, Bebilacqua, Abriata (gran parte de los descendientes de estas familias aún viven en Villa Adelina), además de los Nervi, Tirigal, Pita y muchos otros.
Otros familias compraron terrenos para instalar aquí sus quintas de verano, como los Giribones, Sánchez, Ponce de León o el Barón de Bieckert. La zona comienza a conocerse como la “Villa de las Lomas” o simplemente “La Villa”.

La llegada del ferrocarril
En el año 1908 llega desde la flamante estación Santa Lucía el ramal ferroviario del Central Córdoba hasta la esquina de las hoy calles Scalabrini Ortiz y Paraná, donde se construyó el actual edificio de la estación.



El 15 de enero de 1909 se inaugura la mencionada estación a quien se le impone el nombre de Adelina en homenaje a una de las nietas del administrador de la empresa, señor Duncan Mackay Munro, quedándole a la naciente población el mismo nombre: Villa Adelina. Mientras acontecía este feliz hecho, en Boulogne se construían los talleres y la estación continuando con el tendido del ramal hacia Retiro. El 15 de mayo de 1912 se dejó inaugurado el servicio local de pasajeros a Retiro.