martes, 21 de enero de 2014

Adiós a París -1935

No debe de haber sido fácil decirle adiós a París, malvender sus propiedades ahogados por las deudas, desarmar ese enorme departamento, embalar en baúles todos sus objetos personales, alfombras, tapicerías y cuadros y despedirse de los pocos amigos que les quedaban.

Partieron rumbo a la Argentina tan amada por Bernardo Ader acompañados de todos sus recuerdos, incluidas las esculturas tamaño natural abandonadas por Lucho en su huida.

Se instalaron en Villa Ballester, en la vieja y semidestruida casa colonial junto a la Torre Ader. Pasar del refinamiento del departamento en el 57, Avenue Kléber a la austera construcción llena de goteras, compartiendo entre diez personas un baño que no funcionaba, sin personal de servicio, en medio de un campo lleno de cardos y yuyos custodiado por una torre fantasmagórica, debe haber sido todo un shock para la familia europea.

Me contaba mamá que no pasaba ni una sola mañana sin que Elisita se encaminara con paso enérgico hasta la habitación de sus padres para, en medio de crisis nerviosas, fustigarlos y echarles culpas por la triste suerte corrida por todos.

Pero poco a poco se fueron adaptando. Domingo, arquitecto, comenzó a arreglar la vieja casona para hacerla más vivíble, cortaron el pasto, plantaron rosales y miraron el futuro con esperanza.

La vida continuaba. Algunos sueños habían quedado atrás, otros nacían.

Villa Ballester (*)

Contemplando a su marido infartado, Anita Ader comprendió que le tocaría a ella timonear el barco. Lejos de amedrentarse, sintió fluir adentro toda la carga genética de Bernardo Ader. Fue una verdadera ebullición energética que la impulsó, como un resorte, a diseñar una estrategia inteligente para administrar el capital que todavía le quedaba.

Le pidió a su yerno Domingo que la acompañara al Banco Nación a solicitar un crédito. Y así comenzó un loteo alrededor de las diez hectáreas que se guardaría la familia como espacio para vivienda y esparcimiento.

Con el dinero que entraba de la venta de los lotes se fue arreglando la casa, el jardín, se hizo una cancha de tenis para mantener entretenida a la descendencia y sobre todo a los yernos, se pintó la torre y, como un milagro, la metamorfosis alcanzó a ese gran potrero abandonado y descuidado dando paso a un jardín con quinta de frutales, avenidas de cedros y eucaliptus, una gran pileta de natación, rosales y hasta caballos para pasear.

El esfuerzo por reacomodar la situación tanto económica como familiar tuvo un gran costo para la salud nerviosa de Anita, que rechinó durante unos cuantos meses, pero a medida que se transformaba el parque también se aquietaban los ánimos, los malos ratos, las decepciones y las incertidumbres, dando lugar a la esperanza y la alegría.

Y la Torre Ader que Bernardo alguna vez había soñado, y los proyectos que la tristeza y la muerte habían interrumpido, renacieron con toda la fuerza en la familia otra vez reunida, en las risas de los bisnietos, en los nuevos sueños siempre peregrinos.

Mamá y Eliane, mi tia y madrina, coincidieron, cuando me contaron, que su infancia y adolescencia en Villa Ballester fue una época de gran felicidad.

Recién llegados de Francia no hablaban ni una sola palabra de castellano, así que los primeros años no fueron al colegio, estudiaban con una profesora particular e iban a fin de año a Buenos Aires a dar los exámenes para pasar de grado.

Más tarde, la integración en los colegios no fue fácil. La educación europea de los chicos, tan diferente, ponía un abismo entre ellos y los demás. A mi tío Luis, en el Marín, fue tanto lo que los compañeros lo burlaban que su madre tuvo que cambiarlo al Champagnat. A mamá le pasó algo parecido. A su primera fiestita de cumpleaños, para la cual Mambela había llenado la casa de globos y guirnaldas, preparado exquisiteces y regalitos para la salida, no vino ni una sola invitada. Se ve que llegar a Villa Ballester era lejos y complicado y los lazos de amistad todavía no se habían forjado.

Mamá me contó que recordaba con muchísimo cariño a la madre Clara, directora de L'Assomption, su colegio. Clara la llevaba con ella y le enseñaba a tocar el piano para que se olvidara de sus tristezas y soledades.

Más adelante las cosas fueron cambiando y aprendieron a moverse en esas tierras que, poco a poco, dejaron de ser tan extrañas y la gente menos distante.

Pero lo que más les gustaba era terminar el día de colegio y que el chofer los llevara de vuelta a Villa Ballester. Ahí, libres de las adaptaciones forzosas que tanto les costaban, recuperaban su vida familiar que los contenía y tranquilizaba.

Mamá, Eliane y Luis, parejos en edad, crecieron compartiendo todo tipo de experiencias, risas, peleas, reeonciliaciones, juegos, secretos, cabalgatas, charlas, tenis. Leían muchísimo, sobre todo en las horas de la siesta y el espacio de lectura funcionaba en lo alto de una hilera de cinco perales donde se trepaban, cada uno al suyo, mamá, Eliane, Luis, Dominique y Cristina. Esos eran los caminos de antaño para cultivar la mente y el espíritu.

Y la vida discurría apaciblemente, con algunas interrupciones, como Luis tirando desde lo alto de la Torre a unos gatos metidos en una bolsa, como Dominique manteniendo con fuerza la cabeza de mamá debajo del agua en la pileta casi hasta ahogarla, para que dejara de jorobarla, como Eliane que, al ponerse el traje de baño, le saltó una araña peluda al cuerpo y salía corriendo desnuda a esconderse detrás de un eucaliptus, llamando a gritos a su hermana para que le trajera la ropa. En fin, recuerdos que se filtran y burlan el paso del tiempo.

Villa Ballester se convirtió más tarde en lugar de encuentro. Los amigos llegaban desde Buenos Aires hasta la estación Carapachay y allí los iban a buscar para pasar el día en la quinta.

Para mamá fueron años muy felices, atrás habían quedado las angustias de la vida en París y la huida de su padre, a quien adoraba.

Bernardina tuvo dos hijos más en la Argentina, Bernardo y Juan José.

Poco a poco, como consecuencia de la venta de los lotes y del desarrollo urbano que avanzaba, Villa Ballester se fue convirtiendo en un barrio de fábricas que comenzó a estrangular la vida de la familia en la quinta.

La diferencia estaba a ojos vista. Por un lado un lugar fabuloso de diez hectáreas donde se vivía “a lo rico” y por otro un rosario de humildes casas obreras alrededor, observándolo todo. Obviamente iba a ser difícil mantener ese esquema de vida.

Cuando comenzaron las agresiones, algunos piedrazos arrojados contra los chicos que paseaban a caballo y ciertos robos, la familia decidió mudarse a la ciudad de Buenos Aires.

Todo parecía haberse solucionado. Si bien no se llevaba demasiado bien con su madre, su papá había vuelto, ya nunca más la abandonaría, y en la quinta estaban sus primos, sobre todo Eliane, que siempre fue como una hermana para ella, su queridísimo hermano Luis y sus tíos y abuelos para compartir la vida.
(*) léase "Villa Adelina"
(seguiremos publicando partes del libro "Río Abajo" en futuras entradas)

viernes, 10 de enero de 2014

Prensa local - Año 1933

Nuestra amiga Ana Mirian Guido ha compartido el ejemplar N° 6 de "El Noticiero", correspondiente a la edición del 1° de setiembre de 1933.


SESION DE LA C. D. DE JULIO 16
Reunida la C. D. en mayoría con la presidencia del titular señor Lorenzo Rodríguez, luego de leída y aprobada el acta anterior, se pasa a tratar el ensanche de la calle que corre paralela a la chacra conocida por "Sucesión Ortiz", propiedad en litigio entre los señores A. del Campo Wilson y Ema del Campo Wilson de Speroni.
Informa el señor presidente que de acuerdo a gestiones realizadas, el apoderado judicial de dichos señores con la conformidad de ambos litigantes, ha escrito una carta dirigida a la intendencia de Vicente López en la cual faculta a la Sociedad de Fomento a iniciar gestiones ante la Intendencia referida, para la apertura total de la calle en toda la extensión que corresponde sobre los terrenos en condominio, sacando el cerco de Cina-Cina y alambrado después el campo en igual dimensión, por cuenta de la Municipalidad y de la Sociedad de Fomento.
Después de un breve cambio de ideas el presidente propone designar una comisión para entrevistarse al día siguiente con el señor Intendente de Vicente López, para hacerle entrega de la carta anteriormente dicha, solicitándole la necesaria ayuda para la realización inmediata de los trabajos, se resuelve favorablemente y se nombran para llenar tal misión a los señores Emilio J. Rodríguez y José Caminada.
Tratado el asunto de los gastos, se resuelve por mayoría costear la proporción que a la Sociedad corresponda, contando desde luego en que la Municipalidad contribuirá eficazmente.
Se tratan otros asuntos de interés general y como la hora es avanzada, se resuelve levantar la sesión siendo las 12.30 horas.

SESION EXTRAORDINARIA DE C. D. DEL 23 DE JULIO
Siendo las 10 horas, el presidente titular declara abierta la sesión.
Los señores Emilio J. Rodríguez y José Caminada, dan cuenta de las gestiones que se le habían encargado
Ante el señor Intendente, manifestando que dicho señor los había atendido con la misma deferencia demostrada en otras oportunidades y que estaba en un todo de acuerdo en prestar la ayuda que se solicitaba consistente en el pago de una parte del costo de alambrado, como asimismo facilitando los obreros para la realización de los trabajos, por el tiempo que fuese necesario.
A continuación el presidente da lectura a una renuncia del secretario señor Emilio J. Rodríguez, fundada en la imposibilidad de su parte, de continuar desempeñando el cargo. La renuncia fue rechazada por unanimidad. invitándose al señor Rodríguez a que la retirara sin lograr convencerlo, por el contrario y ante la insistencia del dimitente y las razones que exponía, se resolvió aceptarla, muy a pesar de todos los señores presentes, quedando a cargo de la secretaría el pro-secretario señor José M. Gallardo y en su lugar, el vocal respectivo.
Inmediatamente se trató el asunto del periódico, y ante una divergencia de pareceres el señor R. Sotelo manifiesta que, velando por el interés social que debe estar por sobre todo, él proponía 3 la C. D. que ésta, directamente como lo dispone el estatuto social, publique lo que a la Sociedad convenga y sea de exclusivo interés social, ya que lo que se escriba a título informativo pudiera no resultar del agrado de algunos socios, o pudiera ser mal interpretado por quienes lo leyeran.
A continuación se trata la colocación de la casilla en la plaza y se resuelve que la Sociedad abone los gastos que ello demande en ia compra de los materiales necesarios por cuanto el trabajo de albañilería, según lo manifiesta el señor Uboldi, será efectuado gratuitamente por especialista del ramo que son socios y que así lo han prometido.
Trátanse luego otros asuntos de menor importancia y se levanta la sesión; eran las 17.30 horas.

SUELTOS Y NOTICIAS 

PLANTACION DE ARBOLES
La Intendencia Municipal de San Isidro ha donado 200 árboles con sus correspondientes tutores.
El Ministerio de Agricultura de la Nación, procedentes de Campana, donó 200.
Acer-negundo.
El vecino del Siglo XX Sr. Mandal ha donado 60 paraísos.
El Sr. A. Valenti donó una palmera y varias plantas chicas, y el Sr. R. Sotelo una palrnera, que fueron plantadas en la plaza.

CUIDE LOS ARBOLES
Como es del dominio público, este año se han plantado gran cantidad de árboles.
Recomendamos a todos quieran cuidarlos, ayudando así a la sociedad a tener la villa bien arbolada.

Nueva Profesora de Corte y Confección
Recientemente ha obtenido su diploma de profesora de Corte y Confección en la academia local que dirige la señora Leonor D. R. de Sotelo., del Instituto Sannia, la hija de nuestro pueblo Señorita Gilda Rebagliati.
Esta inteligente alumna ha recibido las felicitaciones de la directora del Instituto quien le otorgó el diploma antedicho después de un brillante examen en la Capital Federal.
Con este motivo fue muy felicitada por sus condiscípulas y amistades quienes la hicieron objeto de una elocuente demostración de cariñoso afecto.

Nacimientos
El hogar de los esposos Celestina D. de Guido y Santiago Guido, se vio alegrado el día 26 de julio ppdo. con la llegada de una linda nena a la que le pondrán por nombre Ana Mirian. Los felicitamos.