sábado, 13 de julio de 2019

Recuerdos de Pili Abaca

Las charlas con viejos amigos permiten ir armando en mente el mapa del desarrollo de distintos sectores del barrio.

Pili recuerda que cuando sus padres se  radicaron aquí, frente a su casa de la calle Santa Fe -antes Estrada- al 6600, había una quinta cuya extensión abarcaba el area comprendida por Santiago del Estero, Av. Ader, Acassuso y Primera Junta.


Era la quinta de Pessano, que tenía la noria (bomba para agua de riego de tracción animal) en la calle Santiago del Estero -20/30 mts adentro, dirección a la Torre.

jueves, 4 de julio de 2019

Los Marchezotti

Luis Roberto, Carlos Francisco, Raúl 
y Don Carlos Marchezotti

Con el mismo tono cordial de todas las entrevistas, la señora María Teresa Marchezotti, nos habla de sus antepasados, en su cálida casa de Pedernera al 2300, casi esquina Paraná de nuestra Villa, junto a sus hijos Mariana, Luis y Alejandro Deutsch.




María Teresa es única hija de Luis Roberto Marchezotti, nacido el 10 de octubre de 1917 y muerto el 2 de octubre de 1998, y de María Teresa Sarotti, llamada Teni en el nucleo familiar, que nació en Munro el 11 de Febrero de 1918 y falleció el 17 de noviembre de 2002.

Su padre tuvo tres hermanos: Carlos Francisco que nació en San lsidro y no tuvo hijos, Maria Elena, madre de Clara Natalina, y Raúl que falleció a los 25 años.

Sus abuelos fueron Francisco, a quien todos conocían como Don Carlos (por su hermano que murió siendo muy jovencito), nacido en Génova en 1877 y murió en 1957, y Catalina Clara Matteri.

Cuando nos ocupamos de estas familias, pioneras de Villa Adelina, tendemos a reunir nombres y apellidos, y aunque los tratamos en distintos capítulos, una y otra vez dudamos en cuál de ellos deberíamos ubicar a las personas de quien tratamos. 

Carlos Francisco (el primero de sus tíos), fue propietario de la carnicería de Paraná y Avenida de Mayo, en el ángulo agudo de la llamada "manzana de Marchezotti" trente a la estación ferroviaria, que se llamó "La Luchadora" y que durante muchos años tuvo como inquilino a Daniel Martiniano Pardo, de quién nos ocupamos en otro lugar de estos apuntes.



Es de recordar que en la quinta de Marchezotti se hacian cultivos de verduras para consumo familiar. Su padre fue el último propietario de la misma, que estaba limitada por las calles Joaquín V. Gonzalez, Miguel Cané, Los Fortines y Paraná, ninguna de ellas abierta al tránsito.

Cuando Luis Roberto tiene 23 años se enferma y se dedica un tiempo al negocio de la carne y luego a la floricultura, en las cuatro manzanas, que mantuvo hasta la década de 1970. Esta actividad poco a poco fue desapareciendo por los loteos y progresiva construcción de viviendas familiares, trasladándose a las localidades de Garin, General Pacheco y finalmente a Escobar.

Las calles Pedernera, El Resero y El Indio no existían como tales. Sólo estaban pavimentadas Yerbal y Virrey Vértiz por las cuales se accedía a la localidad de Boulogne. 

La cordialidad de la señora María Teresa, nos invita a visitar la vieja casa familiar que fuera construida por su abuelo Don Carlos y habitada luego por sus padres y ella misma.






Recorremos la amplitud del terreno y seguimos como una buena guía, la nota de Oscar Edelstein, aparecida en Ponele la firma, Año I, N° l, de la primera quincena de abril de 1999, de Munro.

En fotografías tomadas en la oportunidad consignamos palabras de Edelstein y señalamos: la galería, la enorme pajarera vacía, la enredadera que envuelve la torre del molino de viento, las relaciones de afecto de nuestra guía Teresita con su abuelo, los enormes secretos del pasado, que en su casa guardaba Teni -su mamá-, los antiguos muebles, la radio a galena o la cocina económica.




Miguel A. Lafuente
Secretario JEHVA (Junta de Estudios Históricos de Villa Adelina)

lunes, 1 de julio de 2019

Los Abriata en Villa Adelina

Antes de la llegada del ferrocarril (el Central Córdoba Extensión a Buenos Aires) lo que actualmente se conoce como Boulogne y Villa Adelina, eran llamadas respectivamente como las Lomas de San Isidro y los Altos de Martínez. No tenían nombre propio, salvo la mención del paraje conocido como La Adelina, nombrada por lo menos desde mitad del siglo XIX en varios documentos históricos, encontrándose escrituras con esa denominación y documentos con la firma de Rivadavia (según la hipótesis del profesor Ramón Miranda)

(Nota: el profesor Miranda, fallecido, fue Miembro de Número del Instituto Histórico Municipal de San Isidro).

La última de las grandes extensiones dedicadas al cultivo de la verdura, que sobrevivió durante el siglo XX, es la que iniciara hacia 1908 el inmigrante Guillermo José María Abriata, su mujer Anna María Gobello y los doce hijos de la pareja.



Primer plano, de izquierda a derecha:
Magdalena: casada con Roque Leo, tuvieron 5 hijos: Horacio, Isabel, María Esther y Luis.
Dolores: casada con Arturo Spedaletti (primer peluquero de Villa Adelina, maestro en el arte del esterillado y uno de los fundadores del Club CASVA). Estos son padres de Roberto, Ricardo e Ilda Elda.
Paula: casada con Nilsson, tuvieron 3 hijos: Dora, "Titi" y "Cochengo" (nombres familiares).
Rosa: casada con A. Gallegos, tuvieron 2 hijos: Juan Carlos y Nelly.
Francisca: casada con Ambrosio Cámara, son padres de 4 hijos: Juan, Rita, María, Domingo (Ningola con horno de ladrillos) y Pipo (primer servicio fúnebre de Villa Adelina).
María Luisa: casada con Ciro Maggiolini.


En el medio, sentados:
Anna María Gobello, (murió el 5 de febrero de 1921) y Guillermo José María Abriata, nacido en Sezzadio, pueblo que se encuentra en la región del Piamonte, Provincia de Alejandría, el 15 de abril de 1859 (según partida de nacimiento y bautismo, que obra en nuestro poder). Emma María también es oriunda de Sezzadio. Guillermo José María murió el 21 de junio de 1931, según el acta número 17 del Registro Civil de Boulogne.

En segundo plano, los seis hijos varones:
Francisco: casado con Gervasia Cruz, vivían en Uriarte y Sarratea de Boulogne.
Juan Alejandro: casado con Francisca Angeleri, con 4 hijos: Eduardo; Telma, casada con Francisco Pérez (primera fábrica de calzados en Boulogne); Hugo Oscar (con verdulería en Independencia y Thames, con tres hijos: Patricia, Dario y Hugo), y Susana Beatriz (Titina) casada con Norberto Testorelli en 1936, padres de Miriam, Fabián y Gladys.
Pablo: casado con Margarita Capino, tuvieron 4 hijos: Pablo, Oscar, Raúl y Carlos. Pablo fue el dueño de los cines de Boulogne y una calle lleva su nombre.
José Luis: casado con Luisa Ursulina Angeleri, con tres hijos Alfredo, Celia y Clara (casada con Gino Morelli). José Luis Abriata es padre de Alfredo Aníbal, quien sería la persona a la que se refiere la señora Mónica Liliana Pastorini en su nota sobre "La quinta de los Abriata" publicada ayer. Asimismo, José Luis es el suegro de la señora Irma Isolina Remotti, Pirocha.
Pascual Felipe (soltero).
Santiago Antonio: casado con Serafina Tidoni, con 3 hijos: José Gregorio, Enrique y Ángel.
 
 
Según los archivos históricos, entonces en el Museo Pueyrredón, la quinta se puso en venta en 1908 y tenía una superficie de "treinta y un hectáreas, diez y seis áreas y cuarenta y siete centiáreas". Su dueño era Eliseo Cantón, que mandó publicar avisos para promocionar la propiedad y donde decía que la próxima estación del F.C.C.C. pasaría a metros del lugar.

Los límites de la quinta eran las actuales calles Gorriti, lindante con la propiedad de don Avelino Rolón, que después de su muerte fue donada a la "Escuela Hogar Carlos de Arenaza"; Yerbal, con las tierras recién compradas por el Ferrocarril C.C.; Colombres, con los Rebagliati -actual fábrica Orbis- y Lamadrid, con las tierras de los Hnos. Cantón (ver en el plano).
Cuando la propiedad se puso en venta y a punto de ser fraccionadas, apareció Guillermo J. M. Abriata, que sin un peso, pero con una gran amistad personal con don Agustín Repetto, el más poderoso caudillo radical de entonces, le otorgó un préstamo, sin documentos, pero con el compromiso de pagarle, cuando sus tierras estuvieran produciendo. El inmigrante era hombre de palabra, analfabeto y muy inteligente.


 Anna María Gobello y Guillermo José María Abriata

La vieja casona ya tenía su pasado. Fue construida a la usanza de los cascos de estancias de los siglos XVIII y XIX, su diseño interior del tipo chorizo, es decir, habitaciones conectadas a través de puertas con dos hojas, dando a una galería común, cada habitación con su vestidor y un sótano que se usaba como bodega, así como los ladrillos de tipo colonial, mosaicos y tejas importados de Francia. Habría sido hecha no antes de la mitad del siglo XIX. No hay documentos que avalen la antigüedad de la casa, como tampoco lo hay -por el año de referencia- a ninguna de aquella época: la del actual Museo Pueyrredón y el viejo edificio municipal de San Isidro, que es de 1872.

El domingo 12 de julio de 1908, don Guillermo Abriata y su mujer Anna María Gobello, no tuvieron otra alternativa. Habían abandonado el ranchito que tenían en terrenos del ferrocarril  inglés y con unos buenos pesos que les dio Diego Carman, el administrador del Ferrocarril C.C. en compensación por sacarlos del lugar, decidieron comprarse "algo". 

Vecinita de Mónica Pastorini 
Al fondo, la casa de los Abriata
Don Abriata, ya era un gringo totalmente acriollado, pero con todas las costumbres de su Piamonte natal en cada una de sus maneras. Recto como buen gaucho, incansable trabajador de la tierra como inmigrante hambriento y con deseos de un lugar propio que la Europa le negara, analfabeto como la mayoría de la gente de entonces, el remate de ese día era la oportunidad de su vida.
Venían de Anchorena y el cambio de siglo lo habían pasado en el rancho donde con algunos de sus hijos mayores, plantaban verdura de todo tipo. No más de una veintena de agricultores y horneros formaban la población. La mayoría arrendaba su pedazo de tierra a minifundistas que venían de vez en cuando a cobrar su renta, pero que paseaban su fortuna y vivían en el pueblo, esto es en San Isidro devoto y sitio de descanso de fin de semana de damas y damitas porteñas. En esa situación estaban los Cantón y Avelino Rolón, quienes años después serían sus vecinos. A los verdaderos dueños de la tierra muy pocas veces se les veían las caras.

La de los Abriata llegó a ser la más dinámica y rica quinta de San Isidro, y la última en desaparecer en 1978. Esta pequeña empresa agrícola arrancó con media manzana, y don Guillermo fue tan empeñoso con sus manos como rápido con la cabeza para los negocios. Tuvo visionariamente la certidumbre de que ese lugar algún día gozaría de progreso. A los pocos años de instalarse, la tierra le resultó escasa. Como los dueños de la tierra aledañas no las ocuparon, quedaron libradas a su suerte, y el labriego -con sus doce hijos- tomó posesión de las mismas.

El tren, promesa de los rematadores, no apareció por ninguna parte. Los años pasaron y los que prometieron pagar en mensualidades, abonaron las primeras cuotas y ante la falta de noticias de progreso y del ferrocarril, no pagaron más.

Don Guillermo siguió labrando la tierra y mientras no hubiera reclamos, ocupó las 31 hectáreas originales, que limitan con las actuales: Gorriti, Lamadrid, Colombres y Yerbal.

Cuando finalmente apareció el ferrocarril, también se presentaron los primeros reclamos. Pero todo lo arregló pacíficamente y aquellos reclamantes recibieron lo suyo.

En los años cincuenta se llegaron a cultivar hasta 70 mil plantas de tomates por año y toneladas de papas, zapallitos, hinojos, melones, sandías, que llegaron regularmente a abastecer a las mesas capitalinas.

Don Guillermo fue precavido con sus ahorros, ya que dejó a sus herederos una gran cantidad de terrenos, muy bien ubicados en lugares cercanos a las estaciones Boulogne y Villa Adelina.
Junto a la desaparición física de los Abriata (Ana María murió en 1921 y Guillermo en 1931) que trabajaron la tierra con sus manos, la irrupción de las casas que fueron cercando a los campos y el mal negocio que resultaba la producción de verduras, ayudó para que la Quinta de los Abriata cayera, bajo el peso de los nuevos vecinos y de los nuevos tiempos.

Atrás quedaron las ceremoniosas fiestas donde toda la vecindad, agricultores y ferroviarios recién llegados, disfrutaron de aquellas largas tertulias, que se cortaban con el "se acabó el baile" cuando el sueño empezaba a cercarlo a don Guillermo.

(Nota: se tomaron algunas referencias para este texto del periódico Pueblo Chico, de mayo de 1993).

Exposición de la Junta de Estudios Históricos de Villa Adelina en la IV Jornada de Historia de El Talar, el 24 de octubre de 2009, y la XI Jornada Histórico-Geográfica de Tres de Febrero, el 31 de octubre de 2009.

Miguel A. Lafuente
Secretario JEHVA (Junta de Estudios Históricos de Villa Adelina)

martes, 11 de junio de 2019

Estafeta y Correo en Villa Adelina

Primitivamente la correspondencia no llegaba a este pueblo en forma directa, sino que había que pasar a retirarla en la estación de Martínez.

Es así que el autor de este libro pudo observar una postal dirigida al señor Gerónimo Rebagliati que dice así: "Estación Martínez, Lomas de San Isidro F.C.C.A. del 12/11/1906", dirigida a la quinta ubicada en Joaquín V. González, entre Ucrania y Las Acacias. Y otra postal que es anterior que dice: "Buenos Aires F.C.C.A. Estación Martínez - 21-10-1905".

Según relata Pedro Scianca la correspondencia a comienzos de siglo se podía también retirar en la Posta, que ubicada en el Fondo de La Legua y Luis M. Drago, era atendida por la Familia Nervi.

Evidentemente, el saco con la correspondencia para esta zona, llegaba a la estación Martínez y era comisionado uno de los miembros de esta familia, para traerlo hasta la Posta, donde cada uno retiraba la suya, o se la acercaba a su vecino. No debemos olvidar que todos estos traslados se efectuaban a caballo.

Mas más tarde se creó la Sucursal Boulogne del Correo con jurisdicción en Villa Adelina, llegando hasta la calle Rafael Obligado, vereda impar, siendo ésta la calle de la barrera, en el Partido de Vicente López. Desde esta oficina se cubría Boulogne y todo Villa Adelina, tanto de San Isidro como Villa Adelina de Vicente López.

Hasta 1955 sus límites fueron en Vicente López la Av. Urquiza, actual Primera Junta, Rafael Obligado y Gervasio Méndez, actual Carlos Tejedor, hasta Boulogne.

Si bien existía Estafeta Postal en Villa Adelina era para la recepción de cartas solamente. No existía distribución de cartas no teniendo, por consiguiente, cartero.

A continuación se efectúa la trascripción de la documentación que se solicitara a la Biblioteca y Museo de Correo Central acerca de la ampliación del cargo del jefe de Correo de Villa Adelina. "La primera estafeta estuvo ubicada en la estación Villa Adelina, Ferrocarril Central Córdoba, creada el 13 de mayo de 1911, por Expediente 218 D, habilitándose la estafeta con una caja de $20 m/n para franqueo (E. 2 julio 868). Al trasladarse a Boulogne cesó la venta de los bonos postales. Supl. 2075. El 3 de abril de 1913, por Expte 50. V, se trasladó a la Estación Boulogne D/1, Distrito Primero en aquella época, la Estafeta que funcionaba en "Villa Adelina" D/1 (E.1, folio 470)".

No debemos olvidar que el tramo Villa Adelina-Retiro, el Viaducto, estaba en construcción desde 1909 hasta 1912, en que quedó librado al tránsito de trenes de Villa Adelina a Retiro y viceversa. Por lo tanto no llegaba a Villa Adelina la correspondencia que venía desde la Capital Federal por no existir vía directa. Solo se podían recepcionar las cartas o encomiendas que procedían del Interior, por ser Villa Adelina terminal del Ferrocarril que venía desde Rosario. Pero se podía recibir en la Estafeta de Villa Adelina la correspondencia que venía por el Ferrocarril Central Argentino a Villa Ballester, y que era traída por los coches a caballo, que cubrían el servicio entre estas dos estaciones. La responsabilidad de las cartas quedaba a cargo del jefe o encargado de estación.

El 5 de abril de 1923, por Expte 39, V/922, se creó una estafeta ad-honorem, en el paraje denominado Villa Adelina, ubicado en la Provincia de Buenos Aires, Partido de Vicente López, Ferrocarril Central Córdoba, la que dependía de la Dirección de Correos, nombrándose para regentearla a Don Arturo Spedaletti.

Si bien el Salón o Peluquería, de Don Spedaletti estaba ubicado en la calle Paraná, antes Spiro, entre Ricardo Rojas y Horacio Quiroga, siendo el tercer lugar de la Estafeta, fue el primero en cuanto a que fue designado por la Dirección de Correos para que se encargara del mismo y lo regenteara en jurisdicción de Villa Adelina.

La peluquería de Don Arturo fue lugar casi obligado para las charlas y las tertulias. Aquí no solo era peluquería, estafeta, sino lugar de encuentro de amigos. Aquí podemos decir se gestó la idea de formar lo que es el actual Club C.A.S.V.A.

La Estafeta de Villa Adelina en esa época abarcaba parte de Vicente López, San Isidro y San Martín. La distribución de la correspondencia y encomiendas era dirigida a la Sucursal Boulogne. Supl. 2469. Por lo tanto esta sucursal era la encargada de la distribución, como se explicitara anteriormente.

La Estafeta en lo de Don Arturo Spedaletti, estuvo hasta 1930, en que pasó a la Peluquería de Federico Pérez, siendo atendida la correspondencia por su hija, cuñada del Sr. Civaroli. Esa peluquería estaba ubicada en la actual calle 9 de Julio, entre Paraná y Santa Fe, casi enfrente a la estación. La estafeta en esa época dependía de Boulogne a pesar de haber estado ambas ubicadas en Vicente López.

En este lugar estuvo por varios años hasta 1938, siendo trasladada a Tienda Menghi en Av. de Mayo entre Martín Rodriguez y Virrey Vértiz, actual Casa del Tornillo.

Era tienda, librería y estafeta. También existía allí la Caja de Ahorro Postal que era utilizada por los alumnos del Escuela Nº 12, quienes abrían una libreta de ahorro, comprando estampillas de 5 centavos, pegándolas en su libreta, para que, con gran sacrificio, al pegar veinte de ellas ahorrasen un peso.

En el año 1939 la Estafeta era atendida por la Familia Rosales, en Fernández Spiro 6120 durante un año; luego pasa a la casa de Juan Frino, en la misma cuadra, en donde funcionó desde 1940 a 1942. Luego fue trasladada a la calle Ing. Silveira 1621, entre Paraná y El Indio, a la casa de la Sra. María Pezzuchi de Aniasi, ejerciendo ella como encargada de la misma, en el período comprendido entre los años 1943 y 1949.

En ninguno de estos lugares se pagaba alquiler alguno. De ahí que la estafeta estaba en permanente peregrinación. Recuerda la Sra. de Aniasi que durante el período en que ella fue encargada de las encomiendas, que eran enviadas desde del interior del país con comestibles, a veces se descomponían al no ser retiradas a tiempo o al no poderse ubicar a los destinatarios, por lo que tenían que ser enterradas en el fondo de la Estafeta, o sea en el jardín de su casa, labrándose en cada ocasión un acta con dos testigos del hecho.

Asimismo ella relató que el primer cartero, que venía desde Boulogne, fue el Sr. Bauza quien fue despedido porque retenía la correspondencia.

Otro viejo cartero de Villa Adelina, que actuó en nuestra sucursal fue el Sr. Campos como así también el Sr. Frinch. El primer mensajero de telegramas fue el Sr. Ferreira.

Los primeros transportistas que entregaban la correspondencia y las encomiendas al vagón estafeta fueron Spedaletti y Federico Pérez. Ellos entregaban y recibían la correspondencia, valores y encomiendas.

La Estafeta fue elevada a la categoría de Oficina Mixta el 27 de agosto de 1947 por Resolución 5514 de la Dirección de Telecomunicaciones, Expte. 4143, Boletín oficial diario del Correo N° 4185, pág. 673. Según lo allí informado se dispuso elevar a Oficina Mixta con la denominación de "Sucursal Villa Adelina" con el Código Oficial de esa época (135), a la estafeta Villa Adelina.

El informe de la Biblioteca y Museo, nos dice: "se desconocen las fechas de iniciación como Oficina Mixta y de todos los Servicios Comunes que presta, Certificados y Expresos, Valores al Cobro, Telégrafo, Caja de Ahorro, Bonos Postales. Estos servicios se van a implementar con posterioridad". Pero sí sabemos por la Sra. de Aniasi que éstos no se implementaron cuando ella estaba de encargada.

Posteriormente la estafeta se trasladó a un local de la primitiva Sociedad de Fomento, en la calle Martín Rodríguez 2150, entre Paraná y Av. de Mayo, en jurisdicción de San Isidro, al igual que su destino anterior.

Desde 1949 hasta fines de 1952 tampoco se contaba con cartero, ni distribución de cartas. Los carteros provenían de Boulogne.

Continuando con su periplo, la Estafeta fue trasladada nuevamente, al otro lado de la estación donde estaba el ex Club El Ombú, calle El Indio 2228 entre Avda. Ader y Los Ceibos, San Isidro, donde esa institución cedió un espacio en forma gratuita, desde 1953 a 1965.

El 28 de enero de 1953 por Resolución 81/53 al cambiar el Ministerio de Transporte de la Nación, la denominación de la estación Villa Adelina, por José Martí, también sale publicado en el Boletín Oficial diario del Correo No 5483, el cambio la denominación Villa Adelina, por José Martí, tanto a la Estación Ferroviaria como a la Estafeta. Boletín diario 5644. Posteriormente al ser restituido el nombre de Villa Adelina en 1956 a la estación, la Dirección de Telecomunicaciones dicta la Resolución 3676, Expte. N° 24.222, Secretaría General/56, se dispuso restituir el nombre de "Villa Adelina" a la Estafeta "José Martí", motivando dicho cambio una nota enviada por un vecino del lugar, quien informó que el nombre José Martí, pertenece a una estación del Ferrocarril General Belgrano, en la Provincia de Mendoza".

En el año 1965 se mudó a la calle Ucrania 3106, ex Los Pinos, entre La Florida y Deán Funes. Aquí comenzó a funcionar como Sucursal de Correos y Telecomunicaciones. Se realizaba la recepción de cartas y distribución de las mismas, se despachaban telegramas y encomiendas. Se designó el primer jefe de correo al Sr. Rubén Milaraña.

Como anécdota podemos recordar que este lugar poseyó el triste record de asaltos, ya que esto sucedió quince veces, no existiendo otro caso similar en Villa Adelina. Aquí por primera vez el Correo en Villa Adelina poseyó todos sus servicios, o sea que comenzó a actuar verdaderamente como Oficina Mixta con Servicio Telegráfico y Servicio Postal, es decir, distribución de correspondencia.

Al crearse el Correo de Villa Adelina, se subdividió del de Boulogne y pasó a atender exclusivamente a Villa Adelina, Partido de San Isidro. Esta sucursal de Villa Adelina, atiende desde Paraná a Perito Moreno y desde Amancio Alcorta a Thames y Panamericana.

Siguiendo con el "raid del correo" se trasladó nuevamente en 1977 a la esquina de Paraná e Independencia donde se ubica actualmente atendiendo solamente Villa Adelina, jurisdicción de San Isidro. Se adquirió el edificio. Sus empleados eran 38.

Villa Adelina, Vicente López, a partir de 1956 y hasta la fecha es atendida por el Correo Sucursal Munro.

Hay personas acostumbradas actualmente a colocar el Código Postal 1607 correspondiente a Villa Adelina, San Isidro, pero que viven del otro lado de Paraná, o sea en Vicente López, y no les corresponde ese número de Código, puesto que del lado de Vicente López, corresponde el Correo de Munro y tiene otro número de código, el 1605. La demora se suscita cuando se pone el código 1607 y tiene que ir la correspondencia a Villa Adelina, Vicente López. Aquí es recepcionada por la Sucursal Villa Adelina, quien la remite a Munro para su correcta distribución. Esto se debe a que el Correo de Villa Adelina atiende solamente hasta Paraná vereda impar. O sea que los que viven de Paraná para Vicente López, estando enfrente al Correo de Villa Adelina, están condenados por mayor demora a recibir la correspondencia desde el Correo de Munro, que está a 2,5 Km. Esto da la impresión que estamos frente al muro de Berlín, siendo esto absurdo, dado que además históricamente el Correo de Boulogne cubría las dos partes de Villa Adelina.

La actual ubicación del Correo, es muy buena y está siempre cerca de su lugar de origen, o sea de la cara este de Villa Adelina, donde se lo vio nacer. Su edificación es excelente al igual que sus servicios, tiene amplias comodidades, tanto para sus empleados como para los usuarios. Siendo esta ubicación el décimo segundo traslado. No aspiramos a una nueva mudanza.

Los servicios telegráficos antiguamente eran por el sistema Morse. Actualmente es por el sistema SITRAN (Sistema de Transmisión Mecanizado), donde la máquina guarda los telegramas por memoria, o sea los archiva automáticamente, por varios años.

Queremos rendirle un gran homenaje a todos estos encargados de estafetas, que desinteresadamente actuaron en este pueblo, a los carteros que con su silencioso trabajo nos trajeron la correspondencia y a todos aquellos que con honestidad y eficiencia han hecho y hacen al porvenir de Villa Adelina.

En "Villa Adelina- Unida por cien años de historia", de René Dardo Arditi Rocha - Edición 2012 - Pág. 255/257 

domingo, 2 de junio de 2019

Cuando Villa Adelina cambió de nombre

Se llamó José Martí entre 1953 y 1956


Fue una de las estaciones rebautizadas durante el gobierno de Perón. El barrio recuperó su identidad después del golpe del '55. 

Hubo un tiempo en el que Villa Adelina dejó de ser Villa Adelina. Pasó de un día para el otro, a principios de 1953. Al pueblo todavía le faltaban muchos años para ser lo que es hoy. Eran sólo unas pocas casas alrededor de la estación de trenes y el barrio Parque Cisneros, por ejemplo, aún no había sido loteado. Como recuerda el historiador y vecino René Arditi Rocha, el 28 de enero de ese año, el gobierno nacional le quitó a la estación el nombre que recordaba a la nieta de Duncan Mackay Munro, administrador general del ferrocarril, y en su lugar puso el del libertador cubano José Martí.

"El cambio fue determinado por el Ministerio de Transporte de la Nación. En esa época modificaron los nombres de varias estaciones del Gran Buenos Aires. En nuestro caso, tuvo mucha influencia un pedido del embajador cubano Néstor Carbonell Rivero al general Juan Domingo Perón. El diplomático conocía la zona porque su chofer vivía en la calle Verduga, entre Céspedes y La Calandria", contó. Coincidencia o no, ese año se cumplía el centenario del nacimiento de Martí.

Pero al cambio en el nombre de la estación le siguió otro más significativo. El 10 de setiembre, el intendente Ovidio Gardellini envió un proyecto al Concejo Deliberante pidiendo que también se modifique la denominación del pueblo. Entre otras cosas indicaba que sería un "homenaje a la nación hermana y un gesto de gratitud hacia aquel que todo lo diera por su patria y nada reclamara para sí"

La propuesta fue aprobada 15 días después por unanimidad. En la justificación del voto, los concejales hicieron referencia a que "no existen antecedentes que justifiquen la persistencia del nombre de Villa Adelina, y su cambio no deparará la lesión de ningún antecedente histórico".

Lejos de todas estas cuestiones que hoy provocarían una reacción popular, los vecinos de aquel entonces tomaron la noticia con indiferencia. Uno de ellos era Humberto Argento, que ahora tiene 80 años y vive en la misma casa de Paraná 5640 desde 1924. "En esa época había muchos baldíos, quintas y potreros. No protestamos porque para nosotros siempre fue y será Villa Adelina", explicó.

Carlos Iriarte, actual presidente del Concejo Deliberante, tenía ocho años cuando Villa Adelina cambió de nombre. "Fue algo que cayó por su propio peso y en la práctica no generó cambios. Ni los comerciantes cambiaron su folletería ni los vecinos decíamos que éramos de José Martí. La modificación sólo tuvo repercusión formal", expresó. Una de ellas fue el reemplazo del cartel de la estación. "Colocaron uno nuevo de hormigón en los dos andenes. Eran de color negro con letras y bordes blancos", agregó lriarte.

La vuelta al nombre original también se dio de un día para el otro. "El 16 de diciembre de 1955, después de la caída de Perón (a manos de la Revolución Libertadora), por resolución 254/55 del Ministerio de Transporte se restituyó el nombre original a la estación Villa Adelina", dijo Arditi Rocha. Tiempo después, el pueblo también volvió a llamarse como antes. Se supone que fue por un decreto, porque no había Concejo Deliberante, pero la fecha exacta se perdió junto a otros papeles de esa época.

Después, con los loteos masivos de la década del '60 Y la pavimentación posterior de la mayoría de las calles, Villa Adelina fue adquiriendo una imagen similar a la actual. El sábado festejó el 94° aniversario de la llegada del primer tren con el sueño de convertirse en ciudad. 


(Nicolás Kischner en Clarín Zonal San Isidro-Pag. 12-Miércoles 2 de abril de 2003).

miércoles, 29 de mayo de 2019

Expropiación Bar Rivero

Esta propiedad fue expropiada dada la necesidad de efectuar el túnel y para dar paso a los colectivos y vehículos en general,

A continuación se transcribe el decreto que legaliza las acciones llevadas a cabo:

EXPEDIENTE N° 4119-6449/97

DECRETO N° 628

VICENTE LÓPEZ, 20 de marzo 1998.

VISTO: QUE mediante Ordenanza 11466 se autorizara la expropiación del inmueble ubicado en la calle Paraná 6190/92/94/96/98 esquina 9 de julio 4097/99 de este Partido, que posee una superficie de 241,50 m2, afectándose el mismo a la Traza del Paso Bajo Nivel de la Estación Villa Adelina que intercomunica los Partidos de Vicente López y San Isidro, homologándose asimismo el convenio suscripto con fecha 26 de septiembre de 1997, con la Municipalidad de San Isidro mediante el cual ésta compensará al Municipio de Vicente López hasta un máximo de $ 220.000.--, el 50% de la indemnización que se abone por tal expropiación; y

CONSIDERANDO:

Que se ha convenido con los propietarios adquirir el inmueble en la suma de S 415.000.-- y dentro de tal propósito se han requerido tasaciones del inmueble a inmobiliarias de la zona, resultando los valores informados superiores al monto pactado para la compra;

                                                       Que a fs. 41 la Dirección de Contaduría ha procedido a la reserva de los fondos de la siguiente forma $ 220.000.-- afectados al Presupuesto de Gastos Ejercicio 1997 y $ 220.000.-- al Presupuesto de Gastos vigente;

                                                 Por ello, el INTENDENTE MUNICIPAL DE VICENTE LÓPEZ, en uso de sus atribuciones;

DECRETA:

Artículo 1°.- ADQUIÉRASE el inmueble ubicado en la calle Paraná N° 6190/92/94/96/98 esquina 9 de julio 4097/99 de Vicente López, que posee una superficie de 241,50 m2., afectándose el mismo a la Traza del Paso Bajo Nivel de la Estación Villa Adelina que intercomunica este partido y el de San Isidro, cuyo dominio consta a favor de los Sres. Celestino Fernández Fernández; José Ramón García Domínguez; Adriana Mabel Fernández Fernández; Eduardo Daniel Fernández y Cabrera; Marta Mabel Cabrera y Pedro Luis Peláez".

Artículo 2°.- ABONESE a los vendedores nombrados en el artículo 1° el precio total de $ 415.000.-- (PESOS CUATROCIENTOS QUINCE MIL) pagaderos al momento de la escrituración, de la siguiente forma:

                    Celestino Fernández Fernández ……...……....................……….. $ 103.750,00
                    José Ramón García Domínguez ………...................………...…... $ 103.750,00
                    Pedro Luis Peláez …………..........................……………………...…. $ 103.750,00
                    Marta Mabel Cabrera ..............................................................  $   51.875,00
                    Eduardo Daniel Fernández …….……......…….....................…….. $   25.937,50
                    Adriana Mabel Fernández ................................................…….. $   25.937,50

 Artículo 3°.- ENCOMIÉNDASE al Escribano Dn. Raúl Estanislao Vargas la realización de la escritura traslativa de dominio, abonándose al nombrado la suma de $ 1.600.- (PESOS MIL SEISCIENTOS), con destino al pago de los gastos de escrituración que corresponde al Municipio, más la suma de $ 13.972.- (PESOS TRECE MIL NOVECIENTOS SETENTA Y DOS) que responde a los gastos de escrituración de la parte vendedora que asume esta Comuna, todo ello con cargo de oportuna rendición de cuentas.-

Artículo 4°.- El gasto que demande el cumplimiento del pago dispuesto en el artículo 2° se debitará de la Cuenta Deuda Flotante (J.II.F.3 11.2.5.2.45 del Presupuesto de Gastos 1997 - $ 220.000) y de la J.II.F.1 It.l.2.5.1.8 "Inmuebles" ($ 220.000) del Presupuesto de Gastos vigente.

Artículo 5°.- REFRENDEN el presente los Sres. Secretarios en las áreas de Obras y Servicios Públicos,Gobierno y Economía y Hacienda.-

Artículo 6°.- Dése al Registro Municipal de decretos, cúmplase, hágase saber y oportunamente, ARCHÍVESE.

Siguen cuatro firmas y sellos aclaratorios que dicen:

Enrique García - Intendente - Municipalidad de Vicente López
Armando A. Izz - Secretario de Gobierno -  Municipalidad de Vicente López
Dra. Dora Zorrilla - Secretaria de Economía y Hacienda - Municipalidad de Vicente López
Francisco Andrés Sanz - Secretario de Obras y Servicios Públicos - Municipalidad de Vicente López

Hay un sello ovalado que dice:
Municipalidad de Vicente López - Departamento Ejecutivo.

En "Villa Adelina- Unida por cien años de historia", de René Dardo Arditi Rocha - Pág. 104/105