miércoles, 19 de marzo de 2014

Muchas gracias Sr. Eduardo Luis Juillerat !

Hola Miguel, dando vueltas por internet me encuentro con la pagina Recuerdos de Villa Adelina, le cuento mi padre era ahijado de Bernardo Ader, ya que su abuela era hermana de Elise Schulze, le envio alguna foto sobre el tema que seria bueno le llegaran a la Sra. Vila  Torralba -
Foto 1 Junto a la torre de der. a izq. mi padre Eduardo Bernardo Juillerat, mi tia Margarita Juillerat y Delia prima hermana de ellos (ver el tremendo parecido del rostro con la flia Schulze) la segunda foto es en la pileta de la casa de B Ader. lamentablemente todos los que aparecen en la fotos estan fallecidos o no los reconozco.
La pagina que uds. tienen sobre V. Adelina me parece muy buena y ademas es muy importante mostrar el lugar donde vivimos
Saludos
Eduardo
















sábado, 1 de febrero de 2014

Periódico "Imagen de la Zona Norte" (Julio de 1993)

Ellos lo merecían.
 
El Rotary Club de Villa Adelina, en un acto sin precedentes, quiso homenajear a los inmigrantes italianos que colonizaron Villa Adelina.
 
Abuelos, hijos, nietos... tres generaciones que se mantuvieron firmes en estas tierras, en principio desoladas.
 
Al pueblito había que crearlo, y ellos lo hicieron.
 
Por eso, con emoción, con orgullo, con profunda alegría por el reencuentro, con los ojos húmedos por los recuerdos, que en ligero tropel aparecían en sus mentes, y gracias a la mano de la "Familia Rotaria" que los presentó a la comunidad que colmaba la sala, se cumplió con creces el sueño de homenajearlos.
 
En el mes de junio tuvo lugar un homenaje a los primeros colonos italianos que se asentaron en Villa Adelina. Este evento fue organizado por el Rotary Club de Villa Adelina, y tuvo lugar en la Fundación Vicente López, sita en la calle Agüero, esq. Rubén Darío (Munro).
 
Un panel de fotos antiguas recubría las pizarras que estaban en la entrada. En ellas se observaba a los primeros inmigrantes con sus familias, en los comienzos de este siglo. Como antítesis se podían observar, en otro mural, fotos actuales de lugares representativos de nuestra ciudad, como ser: la Torre de Ader, la estación, casas antiguas que aún se conservan en muy buen estado, etc.
 
El almuerzo estaba previsto para las 13, momento en el cual el salón se encontraba colmado por los hijos, familiares y amigos de los homenajeados. Se vivía un clima donde era fácil advertir la alegría y emoción por este merecido reconocimiento a los verdaderos hacedores de Villa Adelina.
 
Inmediatamente después del almuerzo se escucharon las palabras de la Sra. Nelly Mezzabarba, quien con profunda nostalgia nos habló de su niñez en este querido pueblo. Un gran aplauso coronó sus palabras.
 
En todo momento estuvimos acompañados por los acordes del órgano ejecutado por Héctor Orellana, quien asistió con su música a la prestigiosa presencia del tenor del Teatro Colón, Gianni Zuma, el cual interpretó canzonetas tales como "O sole mío", "No te olvides de mí", "Guitarra romana", entre otras.
 
Con su voz privilegiada despertó la admiración y el entusiasmo del público, quien no se cansó de pedir repetición de sus temas.
 
Aprovechando esta importante reunión, el Rotary Club hizo entrega de los diplomas a las tres mujeres nominadas para el "Trébol de Plata": En Ciencias, la Sra. Mercedes Acosta (1° Premio), en Arte, la Srta. Pamela Peluso (bailarina internacional) y en la faz humanitaria, Martha Susana Bruno, Directora del Periódico "IMAGEN ZONA NORTE". 
 
Acto seguido se hizo entrega de los pergaminos a cada uno de los integrantes de las familias homenajeadas. Fue un momento de honda emoción, cuando se acercaron a buscar el reconocimiento a su amor por la tierra que los cobijara.
 
Las familias son: Bartoloni, Illuminati, Incardona, Iommi, Lupi, Maggiolini, Marchezotti, Mastragostino, Matteri, Mezzabarba, Rebagliatti, Salbucci, Salvucci, Tombesi y los ausentes Bevilacqua y Ferrando.
 
Como culminación del festejo hizo su presentación el grupo "La Reginelle campagnole" quien, con un cuerpo de baile integrado por niños y adultos, interpretó danzas folklóricas típicas de las distintas regiones de Italia. Algunos de los bailes fueron "Funiculi Funiculá", "La Raspa", "La TaranteIa" y otras, lo cual enfervorizó a los presentes inspirados por el siempre jovial espíritu italiano.
 
 
 
TESTIMONIOS DE LOS HOMENAJEADOS

“UNA DE LAS MAS ANTIGUAS"
FAMILIA MATTERI (hija de José Matteri)

Imagen: ¿Cuantos años hace que viven en Villa Adelina, Ud. o su familia?
Sra. Matteri: Mis padres llegaron acá en 1870. La familia Matteri fue fundadora de Villa Adelina, es la familia más vieja. Luego los hijos nacieron todos en Villa Adelina.
I: ¿Cómo recuerda a esa Villa Adelina?
M: Desde la estación hasta Fondo de la Legua era todo campo. Nosotros, con la familia Rebagliatti, teníamos tierras desde la calle Yerbal hasta Fondo de la Legua.
I: ¿Cómo ve a Villa Adelina hoy?
M: Hoy Villa Adelina es distinto, ya están las casas de nuestros hijos, nuestros nietos, es diferente.

“LA ALEGRIA DEL REENCUENTRO"
ERNESTO SALVUCCI
Imagen: ¿Cuánto hace que está Ud. en Villa Adelina?
Sr. Salvucci: Yo nací acá, el 22 de mayo de 1905; acabo de cumplir 88 años.
I: ¿Qué recuerda de las antiguas épocas en este pueblo?
S: Bueno, yo hice el colegio primario en la escuela N°4, en Mitre y Paraná, porque en San Isidro, en esta zona, no había colegios. Al N° 4 ibamos Zunino, Marchezotti, Abriata, Rebagliatti, todos...
I: ¿Y qué piensa de este festejo?
S: Es muy lindo volver a encontrarse, es una felicidad muy grande. Por ejemplo con el Sr. Mastragostino fuimos al colegio juntos. Hoy en día los dos vivimos en Villa Adelina, pero no nos vemos. En cambio hoy, tuve la oportunidad de saludarlo y como a él, a muchos otros. Esto es para mí una satisfacción muy grande. No sé como agradecer al Rotary Club por esto. Fue una idea muy buena y para mí fue una alegría enorme.

"SEGUIR HASTA EL FINAL"
NICOLAS MASTRAGOSTINO
Imagen: ¿Cuánto hace que llegó a Villa Adelina?
Sr. Mastragostino: Vine en 1912, hace 81 años.
I: ¿Qué recuerdos tiene de este barrio en esos tiempos?
M: En la estación de Ferrocarril había un almacén de ramos generales. El dueño era Pancho Méndez. Lo recuerdo como si lo viera ahora; era lo único que había. Después estaban las quintas de Giribone, Matteri, en fin creo que ya fueron nombrados casi todos.
I: ¿Qué opina de la Villa Adelina actual?
M: De Villa Adelina opino una cosa. Que yo me quiero morir acá. Mi hija me dice: "Pero papá, vamos a otro lugar" y yo le digo: "No, dejáme a mí, total me quedan pocos años, con que pueda vivir 5 o 6 años más. Yo tengo 87 y los que me quedan quiero vivirlos aquí.

“EL PRIMER TAXISTA"
SR. MAGGIOLINI
Imagen: ¿Cuánto hace que su familia se asentó aquí?
Sr. Maggiolini: Mis padres vinieron hace 83 años. Yo nací acá, hace 77 años.
I: ¿Qué recuerdo tiene de la Villa Adelina de entonces?
M: Yo vivía en Lamadrid y Av. de Mayo, a dos cuadras de Rebagliatti, Marchezotti, Matteri, etc. A los 5 años vine a vivir cerca de la Estación, frente al colegio. Era un desierto. Yo conozco Villa Adelina como la palma de mi mano, porque a los 11 años hice de taxista. Conocí todos los caminos, arroyos, lagunas. Por la Estación había canchas de tenis, golf y grandes chalets, entre ellos el de Ponce de León, donde hoy es la terminal del colectivo 71. En el Parque Cisneros había una laguna. Cuando me quedaba atascado iba a buscar ladrillos y los ponía debajo de la rueda para salir. Para el lado de Boulogne era todo un zanjón, bosques, pajonales. Así que conozco Villa Adelina de punta a punta.

"NO FUE ABANDERADO POR SER ITALIANO"
ARISTODEMO TOMBESSI
Imagen: ¿En que año llegó a este pueblo?
Sr. Tombesi: Yo vine a vivir aquí en febrero del '27, tenía dos años y medio. Mi padre vino, más o menos, un año antes.
I: ¿Cómo fue su infancia en esta nueva tierra?
T: Mi infancia fue buena, lo pasé bien. Tuve muchos amigos. Nos conocíamos con todas las familias. Siempre hay, como en todos los sectores, el que tiene "la nariz para arriba", que no se da con el de abajo. Eso ya existía hace 500 años. Por lo que leo, siempre hubo guerras entre lacayos y señores. En esa época pasaba lo mismo. Yo era hijo de un trabajador. Mi "viejo" era albañil y se hizo una casita modesta y había, también, quien tenía la "mosqueta"; entonces nosotros éramos de segunda. Tanto es así, que una vez, en el colegio me habían nombrado abanderado. Me sacaron, por ser italiano y me pusieron entre los escoltas. Me hicieron ese desprecio. Pero en general los demás me recibieron bien. Los que estaban, eran hijos de italianos; toda gente macanuda. Bien argentinos, había muy pocos.
I: ¿Y qué me puede decir de su vida actual en Villa Adelina?
T: Mirá, hace poco cumplí 51 años como socio del "Club C.A.S.V.A.". Estoy muy radicado ahí, la paso bien, porque ahi pasé mi infancia, ahí conocí todo.

“A PIE HASTA BOULOGNE”
SRA. DE ILLUMINATTI
Imagen: ¿Cuál es la historia de su familia en Villa Adelina?
Sra. llluminatti: Yo nací acá, soy hija de gallegos, mi apellido es Acuña. Los que eran italianos eran los padres de mi marido, con el cual me casé hace 50 años. La mamá de mi marido llegó acá hace, más o menos, 70 años.
I: ¿Qué me puede contar del barrio de esos años?
Sra.I: Nosotros vivíamos a tres cuadras de la estación y era todo campo, quintas, jardines. Era toda gente trabajadora de la tierra. Los que trabajaban en el Ferrocarril se tenían que ir de Villa Adelina a Boulogne, caminando, porque trabajaban en la estación Boulogne y el tren no llegaba, o a lo mejor, llegaba uno cada tanto. Así que se iban caminando a la mañana tempranito. El abuelo y el papá de mi marido hacían eso todos los días.

“TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR" RODOLFO LUPI
(Descendiente de Juan Lupi)
Imagen: ¿Cuándo se asentó su familia en este barrio?
Rodolfo Lupi: Mi abuelo, Juan Lupi, llegó en 1907 con su esposa Clementina y sus hijos, Fortunato, José y Juan.
I: ¿Qué recuerdos tiene de esas épocas en Villa Adelina?
R.L: Cuando llegó mi abuelo arrendó un pedazo de tierra en los alrededores de la estación y formó una quinta, hasta que la "Compañía Argentina de Tierras del Norte" compró los terrenos y le pidieron que se fuera. El se ofreció para trabajar con ellos y le dieron un puesto de encargado de las Cuadrillas de Mantenimiento de las calles y veredas. Las calles, por supuesto, eran de tierra y las veredas las apisonaban con carbonilla que sacaban de las locomotoras.

“ANTES...VALIA LA PALABRA”
MARINO IOMMI
Imagen: ¿Cuándo llegó su familia a Villa Adelina?
Marino lommi: Mi padre, Nazareno Iommi, nació en Italia y vino acá a los 18 años. Yo nací en 1914, tengo 79 años. Nos instalamos, cuando yo tenía 1 año, José María Moreno, Cuartel Quinto.
I: ¿Cómo recuerda al pueblo?
MJ: En esa época había mucho campo. Mi familia era de quinteros. Alquilaban los campos para sembrar verduras, que yo comencé a repartir a los 10 años. En ese entonces no había nada. Solo caminos de tierra y campos sembrados. Se vivía con mucho sacrificio.
I: ¿Cómo ve a la Villa Adelina actual?
MJ: Esta muy linda, nada que ver con lo de antes. Pero la diferencia es que antes valía la palabra... Era como si firmáramos algo.

“NO LA CAMBIO POR NADA EN EL MUNDO“
AMELIA BEVILACQUA
Imagen: ¿Cuándo llegó su familia a Villa AdeIina?
A. Bevilacqua: Mi padre se asentó en Villa Adelina en 1937, llegó con sus hijos, Elisa, Antonio, Ernestina, Catalina, Elina y yo.
I: ¿Dónde se instalaron?
A.B: Donde hoy es la esquina de Paraná y Fray Cayetano Rodríguez. En esa época no había colectivos, sólo el N° 4 que llegaba hasta Alcorta. Desde donde estábamos se veía hasta la estación. Eran todas quintas y campos. Mi padre trabajaba como comerciante; tenía una mimbrería.

I: ¿Qué opina de la Villa Adelina actual?
A.B: Buenísima, Rechazo todo por Villa Adelina. Si me regalaran un departamento en la Capital no lo aceptaría, no me iría de Villa Adelina, porque no la cambio por nada en el mundo.
 
Villa Adelina tenía que vivir este momento. Su gente también.
 
Había que reconocerlos a ellos... a los que vinieron a un lugar casi desértico, donde no había nada, sólo tierras y lagunas, donde el vivir se hacía sacrificado, porque todo estaba por hacer. Sin embargo se quedaron se afincaron; aquí nacieron sus hijos y lucharon férreamente para que este pueblito creciera.
 
El primer almacén, la primera panadería, el lechero caminante deambulando con su vaca, la primera carnicería, comisaría, colegio y más, mucho más... todo había que crearlo con las manos; y ellos lo hicieron.
 
Muchos de estos primeros inmigrantes ya no están, pero habrán presenciado la fiesta con una sonrisa en los labios... desde allá arriba.
 
Otros son hoy abuelos carismáticos, dulces, que con honda emoción dijeron: "Presente, aquí estamos, aquí nos quedaremos; formando parte de esta querida comunidad de Villa Adelina."
 
Susana Vázquez - Marcelo Ferrando

(Publicado por Teresa N. Bertucci)

martes, 21 de enero de 2014

Adiós a París -1935

No debe de haber sido fácil decirle adiós a París, malvender sus propiedades ahogados por las deudas, desarmar ese enorme departamento, embalar en baúles todos sus objetos personales, alfombras, tapicerías y cuadros y despedirse de los pocos amigos que les quedaban.

Partieron rumbo a la Argentina tan amada por Bernardo Ader acompañados de todos sus recuerdos, incluidas las esculturas tamaño natural abandonadas por Lucho en su huida.

Se instalaron en Villa Ballester, en la vieja y semidestruida casa colonial junto a la Torre Ader. Pasar del refinamiento del departamento en el 57, Avenue Kléber a la austera construcción llena de goteras, compartiendo entre diez personas un baño que no funcionaba, sin personal de servicio, en medio de un campo lleno de cardos y yuyos custodiado por una torre fantasmagórica, debe haber sido todo un shock para la familia europea.

Me contaba mamá que no pasaba ni una sola mañana sin que Elisita se encaminara con paso enérgico hasta la habitación de sus padres para, en medio de crisis nerviosas, fustigarlos y echarles culpas por la triste suerte corrida por todos.

Pero poco a poco se fueron adaptando. Domingo, arquitecto, comenzó a arreglar la vieja casona para hacerla más vivíble, cortaron el pasto, plantaron rosales y miraron el futuro con esperanza.

La vida continuaba. Algunos sueños habían quedado atrás, otros nacían.

Villa Ballester (*)

Contemplando a su marido infartado, Anita Ader comprendió que le tocaría a ella timonear el barco. Lejos de amedrentarse, sintió fluir adentro toda la carga genética de Bernardo Ader. Fue una verdadera ebullición energética que la impulsó, como un resorte, a diseñar una estrategia inteligente para administrar el capital que todavía le quedaba.

Le pidió a su yerno Domingo que la acompañara al Banco Nación a solicitar un crédito. Y así comenzó un loteo alrededor de las diez hectáreas que se guardaría la familia como espacio para vivienda y esparcimiento.

Con el dinero que entraba de la venta de los lotes se fue arreglando la casa, el jardín, se hizo una cancha de tenis para mantener entretenida a la descendencia y sobre todo a los yernos, se pintó la torre y, como un milagro, la metamorfosis alcanzó a ese gran potrero abandonado y descuidado dando paso a un jardín con quinta de frutales, avenidas de cedros y eucaliptus, una gran pileta de natación, rosales y hasta caballos para pasear.

El esfuerzo por reacomodar la situación tanto económica como familiar tuvo un gran costo para la salud nerviosa de Anita, que rechinó durante unos cuantos meses, pero a medida que se transformaba el parque también se aquietaban los ánimos, los malos ratos, las decepciones y las incertidumbres, dando lugar a la esperanza y la alegría.

Y la Torre Ader que Bernardo alguna vez había soñado, y los proyectos que la tristeza y la muerte habían interrumpido, renacieron con toda la fuerza en la familia otra vez reunida, en las risas de los bisnietos, en los nuevos sueños siempre peregrinos.

Mamá y Eliane, mi tia y madrina, coincidieron, cuando me contaron, que su infancia y adolescencia en Villa Ballester fue una época de gran felicidad.

Recién llegados de Francia no hablaban ni una sola palabra de castellano, así que los primeros años no fueron al colegio, estudiaban con una profesora particular e iban a fin de año a Buenos Aires a dar los exámenes para pasar de grado.

Más tarde, la integración en los colegios no fue fácil. La educación europea de los chicos, tan diferente, ponía un abismo entre ellos y los demás. A mi tío Luis, en el Marín, fue tanto lo que los compañeros lo burlaban que su madre tuvo que cambiarlo al Champagnat. A mamá le pasó algo parecido. A su primera fiestita de cumpleaños, para la cual Mambela había llenado la casa de globos y guirnaldas, preparado exquisiteces y regalitos para la salida, no vino ni una sola invitada. Se ve que llegar a Villa Ballester era lejos y complicado y los lazos de amistad todavía no se habían forjado.

Mamá me contó que recordaba con muchísimo cariño a la madre Clara, directora de L'Assomption, su colegio. Clara la llevaba con ella y le enseñaba a tocar el piano para que se olvidara de sus tristezas y soledades.

Más adelante las cosas fueron cambiando y aprendieron a moverse en esas tierras que, poco a poco, dejaron de ser tan extrañas y la gente menos distante.

Pero lo que más les gustaba era terminar el día de colegio y que el chofer los llevara de vuelta a Villa Ballester. Ahí, libres de las adaptaciones forzosas que tanto les costaban, recuperaban su vida familiar que los contenía y tranquilizaba.

Mamá, Eliane y Luis, parejos en edad, crecieron compartiendo todo tipo de experiencias, risas, peleas, reeonciliaciones, juegos, secretos, cabalgatas, charlas, tenis. Leían muchísimo, sobre todo en las horas de la siesta y el espacio de lectura funcionaba en lo alto de una hilera de cinco perales donde se trepaban, cada uno al suyo, mamá, Eliane, Luis, Dominique y Cristina. Esos eran los caminos de antaño para cultivar la mente y el espíritu.

Y la vida discurría apaciblemente, con algunas interrupciones, como Luis tirando desde lo alto de la Torre a unos gatos metidos en una bolsa, como Dominique manteniendo con fuerza la cabeza de mamá debajo del agua en la pileta casi hasta ahogarla, para que dejara de jorobarla, como Eliane que, al ponerse el traje de baño, le saltó una araña peluda al cuerpo y salía corriendo desnuda a esconderse detrás de un eucaliptus, llamando a gritos a su hermana para que le trajera la ropa. En fin, recuerdos que se filtran y burlan el paso del tiempo.

Villa Ballester se convirtió más tarde en lugar de encuentro. Los amigos llegaban desde Buenos Aires hasta la estación Carapachay y allí los iban a buscar para pasar el día en la quinta.

Para mamá fueron años muy felices, atrás habían quedado las angustias de la vida en París y la huida de su padre, a quien adoraba.

Bernardina tuvo dos hijos más en la Argentina, Bernardo y Juan José.

Poco a poco, como consecuencia de la venta de los lotes y del desarrollo urbano que avanzaba, Villa Ballester se fue convirtiendo en un barrio de fábricas que comenzó a estrangular la vida de la familia en la quinta.

La diferencia estaba a ojos vista. Por un lado un lugar fabuloso de diez hectáreas donde se vivía “a lo rico” y por otro un rosario de humildes casas obreras alrededor, observándolo todo. Obviamente iba a ser difícil mantener ese esquema de vida.

Cuando comenzaron las agresiones, algunos piedrazos arrojados contra los chicos que paseaban a caballo y ciertos robos, la familia decidió mudarse a la ciudad de Buenos Aires.

Todo parecía haberse solucionado. Si bien no se llevaba demasiado bien con su madre, su papá había vuelto, ya nunca más la abandonaría, y en la quinta estaban sus primos, sobre todo Eliane, que siempre fue como una hermana para ella, su queridísimo hermano Luis y sus tíos y abuelos para compartir la vida.
(*) léase "Villa Adelina"
(seguiremos publicando partes del libro "Río Abajo" en futuras entradas)

viernes, 10 de enero de 2014

Prensa local - Año 1933

Nuestra amiga Ana Mirian Guido ha compartido el ejemplar N° 6 de "El Noticiero", correspondiente a la edición del 1° de setiembre de 1933.


SESION DE LA C. D. DE JULIO 16
Reunida la C. D. en mayoría con la presidencia del titular señor Lorenzo Rodríguez, luego de leída y aprobada el acta anterior, se pasa a tratar el ensanche de la calle que corre paralela a la chacra conocida por "Sucesión Ortiz", propiedad en litigio entre los señores A. del Campo Wilson y Ema del Campo Wilson de Speroni.
Informa el señor presidente que de acuerdo a gestiones realizadas, el apoderado judicial de dichos señores con la conformidad de ambos litigantes, ha escrito una carta dirigida a la intendencia de Vicente López en la cual faculta a la Sociedad de Fomento a iniciar gestiones ante la Intendencia referida, para la apertura total de la calle en toda la extensión que corresponde sobre los terrenos en condominio, sacando el cerco de Cina-Cina y alambrado después el campo en igual dimensión, por cuenta de la Municipalidad y de la Sociedad de Fomento.
Después de un breve cambio de ideas el presidente propone designar una comisión para entrevistarse al día siguiente con el señor Intendente de Vicente López, para hacerle entrega de la carta anteriormente dicha, solicitándole la necesaria ayuda para la realización inmediata de los trabajos, se resuelve favorablemente y se nombran para llenar tal misión a los señores Emilio J. Rodríguez y José Caminada.
Tratado el asunto de los gastos, se resuelve por mayoría costear la proporción que a la Sociedad corresponda, contando desde luego en que la Municipalidad contribuirá eficazmente.
Se tratan otros asuntos de interés general y como la hora es avanzada, se resuelve levantar la sesión siendo las 12.30 horas.

SESION EXTRAORDINARIA DE C. D. DEL 23 DE JULIO
Siendo las 10 horas, el presidente titular declara abierta la sesión.
Los señores Emilio J. Rodríguez y José Caminada, dan cuenta de las gestiones que se le habían encargado
Ante el señor Intendente, manifestando que dicho señor los había atendido con la misma deferencia demostrada en otras oportunidades y que estaba en un todo de acuerdo en prestar la ayuda que se solicitaba consistente en el pago de una parte del costo de alambrado, como asimismo facilitando los obreros para la realización de los trabajos, por el tiempo que fuese necesario.
A continuación el presidente da lectura a una renuncia del secretario señor Emilio J. Rodríguez, fundada en la imposibilidad de su parte, de continuar desempeñando el cargo. La renuncia fue rechazada por unanimidad. invitándose al señor Rodríguez a que la retirara sin lograr convencerlo, por el contrario y ante la insistencia del dimitente y las razones que exponía, se resolvió aceptarla, muy a pesar de todos los señores presentes, quedando a cargo de la secretaría el pro-secretario señor José M. Gallardo y en su lugar, el vocal respectivo.
Inmediatamente se trató el asunto del periódico, y ante una divergencia de pareceres el señor R. Sotelo manifiesta que, velando por el interés social que debe estar por sobre todo, él proponía 3 la C. D. que ésta, directamente como lo dispone el estatuto social, publique lo que a la Sociedad convenga y sea de exclusivo interés social, ya que lo que se escriba a título informativo pudiera no resultar del agrado de algunos socios, o pudiera ser mal interpretado por quienes lo leyeran.
A continuación se trata la colocación de la casilla en la plaza y se resuelve que la Sociedad abone los gastos que ello demande en ia compra de los materiales necesarios por cuanto el trabajo de albañilería, según lo manifiesta el señor Uboldi, será efectuado gratuitamente por especialista del ramo que son socios y que así lo han prometido.
Trátanse luego otros asuntos de menor importancia y se levanta la sesión; eran las 17.30 horas.

SUELTOS Y NOTICIAS 

PLANTACION DE ARBOLES
La Intendencia Municipal de San Isidro ha donado 200 árboles con sus correspondientes tutores.
El Ministerio de Agricultura de la Nación, procedentes de Campana, donó 200.
Acer-negundo.
El vecino del Siglo XX Sr. Mandal ha donado 60 paraísos.
El Sr. A. Valenti donó una palmera y varias plantas chicas, y el Sr. R. Sotelo una palrnera, que fueron plantadas en la plaza.

CUIDE LOS ARBOLES
Como es del dominio público, este año se han plantado gran cantidad de árboles.
Recomendamos a todos quieran cuidarlos, ayudando así a la sociedad a tener la villa bien arbolada.

Nueva Profesora de Corte y Confección
Recientemente ha obtenido su diploma de profesora de Corte y Confección en la academia local que dirige la señora Leonor D. R. de Sotelo., del Instituto Sannia, la hija de nuestro pueblo Señorita Gilda Rebagliati.
Esta inteligente alumna ha recibido las felicitaciones de la directora del Instituto quien le otorgó el diploma antedicho después de un brillante examen en la Capital Federal.
Con este motivo fue muy felicitada por sus condiscípulas y amistades quienes la hicieron objeto de una elocuente demostración de cariñoso afecto.

Nacimientos
El hogar de los esposos Celestina D. de Guido y Santiago Guido, se vio alegrado el día 26 de julio ppdo. con la llegada de una linda nena a la que le pondrán por nombre Ana Mirian. Los felicitamos.