jueves, 2 de julio de 2009

Recuerdos de Carlos A. Muñoz

C.A.Y.D.A.

El Club Atlético y Deportivo Avenida comenzó sus actividades creo que en el año 1940/1941. Estaba ubicado en un terreno de la familia Cociancich, Avenida Bernardo Ader entre Las Acacias –hoy Soldado de Malvinas- y Los Plátanos.

En sus comienzos, estaba la pista de baile, que también servía para campeonatos de babi futbol, patinaje, bailes infantiles de carnaval, etc. Era muy modesto, y sus costados estaban cerrados por cuadrados de madera con papel pintado. El escenario era casero, y la casona que servía de buffet y salón para socios y juegos de salón –cartas, ajedrez, dama, dominó, generala, etc.-, tenía una galería donde se ubicaba la gente para ver los partidos de babi.

Algunos directivos fueron: Cociancich, Muñoz, Méndez, Pelayo, Don García (un español muy simpático, siempre con su señora, que vivía en la esquina de Ader y Ucrania), y otros, es decir, vecinos "sin fronteras" de la avenida Ader…

Los bailes eran con "selectas grabaciones", y como era muy familiar, era posible ver a los hijos bailando con los padres. El equipo de audio, era un tocadiscos común con un brazo que tenía una púa, que surcaba el disco de pasta (no había otro en ese entonces), con dos parlantes que se acoplaban cada tanto, y un micrófono montado sobre un soporte de caño. Mi padre, que era electricista, se ocupaba de arreglarlo cuando se descomponía.

El locutor-animador-organizador, era mi padre, Don Muñoz como le decían todos. Es un orgullo para mí que hoy, a más de 60 años, lo sigan recordando como un gran bienhechor a favor de los niños que, como bien dijo Marta Milec, se hubiera merecido un monumento….

Por ese entonces, el equipo de futbol de primera reforzado con otros jugadores, jugó un partido de futbol con un Club de Los Cardales. Fuimos en camión y llegar fue toda una odisea: camino de Bancalari y luego la entrada por tierra (huella más bien), hasta una cancha que estaba a más o menos 3 cuadras antes de la estación, viniendo desde el río. Hoy esa cancha no está más, pero en ese Club jugaba Alfredo Distéfano y su hermano (ver testimonios en el Bar Di Yorio que está frente a la estación Los Cardales). Nos esperaron con un asado, y después del mismo se jugó el partido.

No recuerdo en que año, pero alrededor de 1945, el club cerró sus puertas y todas las cosas trasladables vinieron a parar a mi casa, a un galpón; es decir mi casa de Piedrabuena 1469 se transformó en la sede del Club. Intervino en campeonatos de futbol de la Liga del Norte (Florida hasta Del Viso), con equipos de Primera y Tercera.

Creo que por el año 1946, reabre sus puertas en lo que era la parte Box del Bar Avenida de Antonio Domínguez, ubicado en Fernández Espiro (lado de Vicente López, hoy Paraná) casi esquina Cajaraville, con vecinos como: Piñeiro (carnicería), Antonio Pita (almacén), Rodolfo Beltrame (verdulería), Manuel Muñoz, Martínez, López, y otros, y ahí continúan con boxeo (poco tiempo), pista de patinaje, bailes infantiles en carnaval, gimnasia, partidos de babi futbol, bailes con discos y con orquestas, espectáculos circenses, de las comunidades españolas e italianas, obras de teatro (daba clases el señor Tito Licciardoni). Fue el primer Club que trajo a Alberto Castillo, justo cuando estaba filmando Adiós Pampa Mía (vino con un Studebaker que era sensación); también actuaron: Miguel Caló, Francisco Rotundo, entre otros.

Para los carnavales, se organizó, además, un conjunto representativo del Club, con las chicas vestidas de patinadoras (botas blancas, pollerita blanca lo mismo que la blusa, capa celeste y gorro tipo granadero), y los hombres con pantalones y camisas blancas y capa celeste. Se visitaban los clubes vecinos, desde Florida hasta Boulogne, en prueba de amistad y trasladados en la caja de carga de un camión.

Paralelamente, en la parte libre de la manzana Piedrabuena-Las Acacias-Guayaquil-Los Plátanos, se hizo la cancha de futbol y también una tribuna chica que construyó mi padre. Francisco Rotundo y su orquesta en pleno, trabaron amistad con la comisión directiva y sus familias, a tal punto que se organizó un partido de futbol entre la orquesta y los directivo del club (para la orquesta atajaba el cantor uruguayo Enrique Campos). Después del partido, el tradicional asado.

En el equipo de primera, jugaron José Méndez, Ángel Pérez, Roberto Pérez, Gumersindo Pérez, Horacio Pérez, Juan Carlos Almirón "Chacarita", Blanco, "Tanguito", "Coco" Blanez, José Menegato, Juan de la Colina, "Poroto" Barzola, Eduardo Reynard "Marante", Heredia, entre otros.

Había cierta rivalidad con los equipos de la zona, pero como mi viejo había aglutinado tantos chicos de todos los sectores, todo se diluía. De esa época surgieron jugadores como: Fraile (jugó en varios clubes), Monserrat (el pelado), Néstor (5 tradicional, sobrio, jugó en varios clubes), Jaime Pérez (muy buen jugador), Roberto Pérez (jugó en Huracán), Carlos Rómoli "Cafúa" (jugó en Boca), Juan C. Almirón (jugó en la primera de Huracán), Hugo Heredia (jugó en la primera de Boca), y muchos otros.

El equipo de futbol de menores (puede haber sido menores de 17 años), que integraban entre otros: Miguel Méndez, Monserrat, Juan C. Almirón, Martinito, Carlos Podestá, Carlos Muñoz, entre otros, salió campeón de Vicente López Categoría A, ganando en la final a Boca Juniors de Florida. Vestía la camiseta de Racing y era dirigido por Don Muñoz El partido se jugó en la cancha del Club Banco Nación (al costado de la Avda. Gral. Paz), y aún conservo un recorte del diario que publicó la foto del equipo.

Aproximadamente en el año 1953, cierra sus puertas definitivamente el Club Avenida. A partir de allí, Don Muñoz se traslada al UVVA donde sigue organizando actividades infantiles, con el infaltable "carnaval infantil" que siempre terminaba a eso de las 20 horas con una tarantela.

También en el UVVA hacen teatro, basket, entre otras actividades. No recuerdo cuanto duró esta instancia, pero luego pasó al CASVA, prosiguiendo con sus actividades infantiles. También es de destacar la labor del matrimonio Zuviría, que enseñaba folclore a jóvenes y adultos, y colaboraban con mi padre.

Es precisamente en el carnaval de 1955, cuando mi padre asiste por última vez a un baile infantil; ya enfermo, y desatendiendo los consejos médicos, consigue hacerse presente y saludar a todos los chicos. Fallece el 10 de Diciembre de 1956, a la edad de 48 años. Con mucho dolor he tratado de recordar todo esto, y lo he hecho en un homenaje que no tendría que haber provenido de mí.

Carlos Alberto Muñoz

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