Lo hizo en
Villa Ballester (1), en una propiedad de trescientas hectáreas, regalo de su cuñado
el barón Emile Bieckert a su hija Anita con motivo de su casamiento en 1905.
En el año
1907 Bernardo Ader presentó ante la Municipalidad del Partido de Vicente López
el expediente número 163, solicitando autorización para construir una torre.
Esta formaría parte de un proyecto más ambicioso: un cháteau de estilo florentino siglo XVIII, grandilocuente, como era
su creador, y quizás por sugerencia de su hijo Enrique, que estudiaba
ingeniería.
Pero en
1908, Bernardo sufrió dos desgracias seguidas y dolorosas: sus dos hijos
Eduardo y Enrique murieron de tuberculosis, lo que hizo que el gran
emprendimiento perdiera su ímpetu original.
Los años
pasaron y en 1914, Bernardo decidió que la torre no debería ser un monumento a
su tierra natal o a sus logros personales, sino un regalo al país que lo había
adoptado. Suspendió entonces y de manera definitiva la construcción del cháteau e inició el expediente número
23, para lograr la aprobación de la tarea de completar la torre y obsequiársela
a las autoridades. De esta manera la torre fue resignificada como gesto para el
Centenario de 1916, en agradecimiento a la Argentina y en honor a sus hijos
varones fallecidos. Fue bautizada "Torre de la Independencia", pero
luego con los años pasó a ser simplemente la “Torre Ader".
Los
ingenieros Artaza y Marino y la empresa constructora Stefanetti e hijos se
encargaron del proyecto y construcción.
Muchas veces fui a visitar la torre de mi tatarabuelo.
Muchas veces fui a visitar la torre de mi tatarabuelo.
La primera
fue al cumplir siete años. Me llevó mamá. Desde bien lejos se la veía,
alzándose en el horizonte. Pasamos por calles de casas bajas, un barrio de
fábricas, y finalmente apareció, alta, magnífica y majestuosa con sus cuarenta
y dos metros y treinta centímetros de altura y el lema: MON DROIT ET DIEU. (Mi
derecho y Dios)
Dos
escaleras señoriales de mármol conducían a la puerta de entrada. Adentro se
dejaban ver, en un recinto cuadrado, las paredes blancas forradas con
estanterías repletas de libros y un retrato importante de Bernardo Ader.
Apoyados en
las repisas bajo las ventanas se enfrentaban dos bustos de bronce: Eduardo Ader
y Enrique Ader.
Me acuerdo
que mamá dijo: "Qué machista el viejo. Nada sobre Anita!"
Contra la
pared blanca colgaban enmarcados algunos recortes de diario con fotos en blanco
y negro de la torre evocando el día de su inauguración, el 9 de Julio de 1917,
y una reseña de la vida de Bernardo Ader.
De una sala
adyacente partía una escalera de doscientos treinta escalones de tramos rectos
adheridos a la pared interna, en forma de caracol y barandas de hierro
cuadrados que nos llevó hasta lo alto; salimos al exterior por una puertita y
recorrimos todo el perímetro caminando por un balcón-mirador.
Alzando mi
cabeza, le pregunté a mamá por qué su bisabuelo había hecho la torre. “Me
parece que se había vuelto un poco loco”, me dijo mirando la vista imponente.
Hace dos
años volví a la torre con mi hija Paz.
Seguía
siendo la misma pero los años la habían adornado con otras etiquetas, y tal vez
mi mirada adulta captó nuevas cosas Una placa rezaba:
“DONADA POR
ELISA Y BERNARDINA GRUNBAUM ADER A LA MUNICIPALIDAD DE VILLA BALLESTER (2), el 16
de Octubre de 1967.”
N. de la R.
(1) La señora Magdalena recordaba en
nuestra entrevista que en su niñez siempre escuchaba decir “vamos a Villa
Ballester...”. Es evidente el malentendido dado que la “Chacra de Bieckert”
siempre estuvo en Villa Adelina. Por su relato también supimos que viajaban
hasta la estación Carapachay procedentes de Retiro. Es decir que arribaban al
Partido de Vicente López, al cual correspondía Villa Adelina y no a San Martín,
Partido al que pertenecía Villa Ballester.
Otro dato que corrobora nuestra certeza es el pedido de autorización para construir la Torre a la Intendencia Municipal de Vicente López y la placa (2) que dice: "Donada por Elisa y Bernardina Grunbaum Ader a la Municipalidad de Vicente López, el 16 de Octubre de 1967.”
Hasta aquí el relato de otro capítulo del libro "Río Abajo" de Magdalena Vila Torralva, que continuaremos transcribiendo en sus partes esenciales.
Miguel A. Moschiar (migmoschiar@gmail.com)
Hasta aquí el relato de otro capítulo del libro "Río Abajo" de Magdalena Vila Torralva, que continuaremos transcribiendo en sus partes esenciales.
Miguel A. Moschiar (migmoschiar@gmail.com)
me gustaria saber si existen fotos de los construccion en si o imágenes de quienes la hicieron, datos ya que mi bisabuelo estuvo en esa labor y queria tener mas informacion del tema que en verdad me emociona. lorequality@hotmail.com desde ya muchas gracias
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