miércoles, 29 de junio de 2016

Juan Carlos Bertucci y familia

La familia Bertucci llega a Villa Adelina con motivo de periódicas visitas realizadas a la familia Armellino, amigos que tiempo atrás habían sido vecinos en la calle Emilio Zola, del barrio de Palermo, Capital Federal.
 
Luis Armellino y familia habíanse establecido en el barrio con anterioridad, siendo Don Luis quién tuvo uno de los primeros coches de alquiler con parada en la zona oeste de la estación ferroviaria.
 
Las sucesivas visitas a sus ex-vecinos y la creciente simpatía que el barrio les produjo, llevaron a los Bertucci a tomar la decisión de comprar un terreno, lo que se realiza al llegar el grupo familiar en uno de los micros que la firma Romano Larroca había dispuesto para el traslado de los interesados. 
 
Es así que compran su lote con frente a la calle Marcos Sastre (por entonces, Justo P. Ortiz), construyendo allí su casa, la que sería inicialmente ocupada por el comerciante Luis Colombo, quien la habitó en alquiler a Bertucci. 

Por 1951 la familia de Juan Carlos se traslada a Villa Adelina con intención de alquilar temporariamente una vivienda familiar con local al frente, donde instaló su negocio de zapatería que se llamó "Calzados Latour", en Los Fortines 2849 (hoy Paraná). Lo hizo junto a su familia, compuesta por su señora, Fernanda Scaletti,  y sus hijas Teresita, Stella Maris y Alicia. Además, vivieron en la misma casa su cuñada Elsa Scaletti con su hija María Cristina Reynaldo (Pichy). Años después Elsa abrió su propio comercio llamado "Boutique Latour" en Fernández Espiro.
 
 


Juan Carlos venía de tener empleo como vendedor en "Calzados Oriente", de Capital Federal. Es decir que sus conocimientos del ramo, la calidad y precios convenientes, sumado el trato cordial, lo convirtió rápidamente en uno de los comercios más calificados de esa época.
 
Paralelamente a su actividad comercial, el Sr. Bertucci fue co-fundador de la "Sociedad Amigos de la Calle Paraná", entidad que agrupó a buena parte del comercio establecido en dicha arteria desde Comandante Piedrabuena-Manuela Pedraza hasta Primera Junta-Amancio Alcorta, llegando a ocupar el cargo de presidente de la misma.
 
 
 
 
Asimismo, presidió la Comisión Directiva de la "Unión Vecinal de Villa Adelina", en 1965.

 
Miguel A. Moschiar

 

 


 

miércoles, 8 de junio de 2016

Manuel "Manucho" Benchetrit

Manucho llegó a Villa Adelina por el año 1949/50 instalando su negocio en Fernández Espiro* 6608 (lado sur de la calle Paraná, en el Partido de Vicente López).
 
A su casa de música la llamó "Un Rincón Musical", llegando a ser la primera y por mucho tiempo la única en el barrio. Allí se conseguían las últimas grabaciones editadas por las grandes empresas discográficas, instrumentos musicales y sus accesorios, libros de estudio y partituras.
 
La habilidad de Manucho para realizar trabajos de carpintería hizo que desde el inicio su negocio contara con instalaciones básicas por él diseñadas y  construidas: mostradores, estanterías y otros elementos decorativos que tanto en el interior del local como en sus vidrieras, conjugaban sobriedad y buen gusto para la exhibición de la mercadería ofrecida al público.
 
Como no podía ser de otra manera, la experiencia comercial y fundamentalmente el trato afable brindado a sus clientes fueron decisivos en la evolución del comercio. Cabe recordar que Manucho venía de desempeñar su profesión de locutor y animador de eventos, habiendo actuado como tal en Radio Cultura y en presentaciones de conjuntos musicales.
 
Llegó a instalar una sala de grabación para discos de acetato con modernos equipos para la época, la que fue requerida por artistas y aficionados del barrio y alrededores.
Entre sus clientes destacables recuerdo a Aurelio E. Ochoa, quien fuera guitarrista del conjunto de Antonio Tormo y su hijo Hugo, junto a otro guitarrista profesional de apellido Ávila.

Entre la muchachada de concurrencia habitual puedo nombrar a Tito Rotondi, "Carmelo" Gallo, Alfredo Rojas, el Negro Abaca, Eduardo Rossi, Enrique Zarlenga, los hermanos Alfredo y  Américo Francolino, amigos que acompañaban a Héctor De Rosas, por entonces cantor de la orquesta típica de Eduardo Del Piano. También concurría frecuentemente el cantor de la orquesta de Lucio Demare, Armando Garrido, que pasó luego a cantar con la orquesta de Osvaldo Fresedo. Armando vivió en las cercanías de la Fábrica Lozadur.
 
Héctor (González Padilla) cantaba entonces en la O.T. de Eduardo del Piano, y Armando en la de Lucio Demare, pasando más tarde a la Orquesta de Osvaldo Fresedo.

Cuando estaba orillando mis 14 años llegué a ser eventual colaborador como cadete del negocio, fui encargado de visitar a distribuidores y comercios mayoristas para retirar cajas con discos análogos de ebonita a 78 rpm que se acondicionaban para su transporte manual en cajas que contenían 10 placas, que eran de cartón liviano con separadores individuales de cartón acanalado. Cada caja con doble vuelta de hilo sisal que servía de empuñadura y dejaba sus huellas en las manos por su peso. Entre otras cosas, retiraba de Casa Ricordi libros y métodos para el estudio de piano, pentagramas, partituras, y de Antigua Casa Nuñez cuerdas y otros accesorios para guitarras.

Paralelamente a su actividad comercial Manucho tenía efectiva participación en eventos tendientes a fomentar el desarrollo social del barrio. Así fue que integró la Cooperadora Policial de Carapachay, Comisión de Fiestas del club Stella Alpina y otras agrupaciones.
 

En los fondos del negocio Manucho tenía una salita con un equipo amplificador, bandeja giradiscos y micrófono, desde la cual comencé a practicar la locución, emitiendo desde allí para la primera red callejera de altoparlantes instalada en la calle Paraná. Corría el año 1952.
 
 Manucho y amigos en el casamiento de Tito Rotondi
 
Más adelante relataré como se oficializó para la Sociedad Amigos de la Calle Paraná, la red de altoparlantes que se extendía desde Primera Junta hasta Manuela Pedraza.

*Diego Fernández Espiro
 
Por error ortográfico de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Vicente López, en la calle Paraná las plaquitas enlozadas indicadoras del nombre decían por aquellos años "Fernández Spiro". En la vereda opuesta, perteneciente al Partido de San Isidro, el nombre era Los Fortines.

El entrerriano Espiro fue poeta y periodista de partido y de combate que actuó en Santa Fe y en la Capital Federal. Como poeta, sus temas predilectos fueron la mujer y la  patria. En 1891 Mariano de Vedia había recogido algunos de sus poemas en Espejismos. En 1901  Fernández Espiro fundó en Buenos Aires la revista Juvenilia.

Miguel A. Moschiar
miguel.recuerdo@gmail.com