miércoles, 8 de junio de 2016

Manuel "Manucho" Benchetrit

Manucho llegó a Villa Adelina por el año 1949/50 instalando su negocio en Fernández Espiro* 6608 (lado sur de la calle Paraná, en el Partido de Vicente López).
 
A su casa de música la llamó "Un Rincón Musical", llegando a ser la primera y por mucho tiempo la única en el barrio. Allí se conseguían las últimas grabaciones editadas por las grandes empresas discográficas, instrumentos musicales y sus accesorios, libros de estudio y partituras.
 
La habilidad de Manucho para realizar trabajos de carpintería hizo que desde el inicio su negocio contara con instalaciones básicas por él diseñadas y  construidas: mostradores, estanterías y otros elementos decorativos que tanto en el interior del local como en sus vidrieras, conjugaban sobriedad y buen gusto para la exhibición de la mercadería ofrecida al público.
 
Como no podía ser de otra manera, la experiencia comercial y fundamentalmente el trato afable brindado a sus clientes fueron decisivos en la evolución del comercio. Cabe recordar que Manucho venía de desempeñar su profesión de locutor y animador de eventos, habiendo actuado como tal en Radio Cultura y en presentaciones de conjuntos musicales.
 
Llegó a instalar una sala de grabación para discos de acetato con modernos equipos para la época, la que fue requerida por artistas y aficionados del barrio y alrededores.
Entre sus clientes destacables recuerdo a Aurelio E. Ochoa, quien fuera guitarrista del conjunto de Antonio Tormo y su hijo Hugo, junto a otro guitarrista profesional de apellido Ávila.

Entre la muchachada de concurrencia habitual puedo nombrar a Tito Rotondi, "Carmelo" Gallo, Alfredo Rojas, el Negro Abaca, Eduardo Rossi, Enrique Zarlenga, los hermanos Alfredo y  Américo Francolino, amigos que acompañaban a Héctor De Rosas, por entonces cantor de la orquesta típica de Eduardo Del Piano. También concurría frecuentemente el cantor de la orquesta de Lucio Demare, Armando Garrido, que pasó luego a cantar con la orquesta de Osvaldo Fresedo. Armando vivió en las cercanías de la Fábrica Lozadur.
 
Héctor (González Padilla) cantaba entonces en la O.T. de Eduardo del Piano, y Armando en la de Lucio Demare, pasando más tarde a la Orquesta de Osvaldo Fresedo.

Cuando estaba orillando mis 14 años llegué a ser eventual colaborador como cadete del negocio, fui encargado de visitar a distribuidores y comercios mayoristas para retirar cajas con discos análogos de ebonita a 78 rpm que se acondicionaban para su transporte manual en cajas que contenían 10 placas, que eran de cartón liviano con separadores individuales de cartón acanalado. Cada caja con doble vuelta de hilo sisal que servía de empuñadura y dejaba sus huellas en las manos por su peso. Entre otras cosas, retiraba de Casa Ricordi libros y métodos para el estudio de piano, pentagramas, partituras, y de Antigua Casa Nuñez cuerdas y otros accesorios para guitarras.

Paralelamente a su actividad comercial Manucho tenía efectiva participación en eventos tendientes a fomentar el desarrollo social del barrio. Así fue que integró la Cooperadora Policial de Carapachay, Comisión de Fiestas del club Stella Alpina y otras agrupaciones.
 

En los fondos del negocio Manucho tenía una salita con un equipo amplificador, bandeja giradiscos y micrófono, desde la cual comencé a practicar la locución, emitiendo desde allí para la primera red callejera de altoparlantes instalada en la calle Paraná. Corría el año 1952.
 
 Manucho y amigos en el casamiento de Tito Rotondi
 
Más adelante relataré como se oficializó para la Sociedad Amigos de la Calle Paraná, la red de altoparlantes que se extendía desde Primera Junta hasta Manuela Pedraza.

*Diego Fernández Espiro
 
Por error ortográfico de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Vicente López, en la calle Paraná las plaquitas enlozadas indicadoras del nombre decían por aquellos años "Fernández Spiro". En la vereda opuesta, perteneciente al Partido de San Isidro, el nombre era Los Fortines.

El entrerriano Espiro fue poeta y periodista de partido y de combate que actuó en Santa Fe y en la Capital Federal. Como poeta, sus temas predilectos fueron la mujer y la  patria. En 1891 Mariano de Vedia había recogido algunos de sus poemas en Espejismos. En 1901  Fernández Espiro fundó en Buenos Aires la revista Juvenilia.

Miguel A. Moschiar
miguel.recuerdo@gmail.com
 

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