Fecha: 05/02/09 19:22:47
Para: recuerdosdeadelina@gmail.com
Asunto: 82
Hola queridos Tere y Miguel!!!
Mi nombre: María Esther Aboud Karam de Pastori. Tengo 87 años y medio. Nací en Capital Federal en el barrio de Retiro -Cerrito 1575- y llegué a Villa Adelina en el verano de 1927.
Mi padre, Elias Jorge Aboud Karam; había comprado el terreno en el cuál está edificada mi casa, a Don Juan Lupi, quien en ese entonces era el representante de la Cía. General de Tierras que se encargaba del loteo de la zona y quien tenía instalado el único teléfono con que contaba la zona, al cuál cualquier familiar de los vecinos podía llamar en caso de suma urgencia y él o su familia tenían la deferencia de acercarse y dar el mensaje.
La calle, hasta ese momento sin nombre- hoy El Indio- , nacía en una gran quinta que tenía su entrada por la Avda. Bernardo Ader y si mal no recuerdo le pertenecía a la familia Savio. Tanto la calle El Indio como Paraná fueron asfaltadas en el año 1938.
Como mis padres trabajaban en pleno centro, seguí concurriendo al mismo colegio desde la etapa de Jardín de Infantes: Las Adoratrices, ubicado en Suipacha y Arroyo, que con el correr de los años sufrió los daños de la voladura de la Embajada de Israel.
Desde casa, veíamos salir el tren a la altura de los galpones de Boulogne. Máquinas a vapor que estremecían la estación al arribar al andén de Villa Adelina. Los coches de pasajeros tenían dos clases: primera y segunda. El abono mensual era de $5,80.
Como las calles eran de tierra, durante los días de lluvia para llegar a la estación utilizabamos zapatos viejos para no estropear con tanto barro los zapatos en buenas condiciones.
Adivinen donde dejábamos estos zapatos; Si!!! debajo del banco de la sala de espera para damas de la estación Villa Adelina. Y al regreso a las 20:30 horas LOS ENCONTRABAMOS!!!
Otra curiosidad: Desde la estación Villa Ballester hacia San Isidro corría un tranvía, el cuál tomabamos desde Boulogne para llegar al cementerio de San Isidro (Alsina y Haedo) ya que por ese entonces 1931, todavía no existìa el Cementerio de Boulogne.
La provisiòn de leche era por demás fresca: de la vaca al consumidor. Manzana por medio en los fondos de mi casa estaba ubicado el Tambo de la familia Alvarez quienes nos vendían a diario la leche recién ordeñada.
Bueno por hoy suficiente, espero queridos amigos que estos pequeños recuerdos de una anciana, les haya servido para colaborar un poco más con las historia de nuestra hermosa Villa Adelina.
Nuestro sincero agradecimiento para Alicia Pastori y su mamá,
Tere y Miguel.
Para: recuerdosdeadelina@gmail.com
Asunto: 82
Hola queridos Tere y Miguel!!!
Mi nombre: María Esther Aboud Karam de Pastori. Tengo 87 años y medio. Nací en Capital Federal en el barrio de Retiro -Cerrito 1575- y llegué a Villa Adelina en el verano de 1927.
Mi padre, Elias Jorge Aboud Karam; había comprado el terreno en el cuál está edificada mi casa, a Don Juan Lupi, quien en ese entonces era el representante de la Cía. General de Tierras que se encargaba del loteo de la zona y quien tenía instalado el único teléfono con que contaba la zona, al cuál cualquier familiar de los vecinos podía llamar en caso de suma urgencia y él o su familia tenían la deferencia de acercarse y dar el mensaje.
La calle, hasta ese momento sin nombre- hoy El Indio- , nacía en una gran quinta que tenía su entrada por la Avda. Bernardo Ader y si mal no recuerdo le pertenecía a la familia Savio. Tanto la calle El Indio como Paraná fueron asfaltadas en el año 1938.
Como mis padres trabajaban en pleno centro, seguí concurriendo al mismo colegio desde la etapa de Jardín de Infantes: Las Adoratrices, ubicado en Suipacha y Arroyo, que con el correr de los años sufrió los daños de la voladura de la Embajada de Israel.
Desde casa, veíamos salir el tren a la altura de los galpones de Boulogne. Máquinas a vapor que estremecían la estación al arribar al andén de Villa Adelina. Los coches de pasajeros tenían dos clases: primera y segunda. El abono mensual era de $5,80.
Como las calles eran de tierra, durante los días de lluvia para llegar a la estación utilizabamos zapatos viejos para no estropear con tanto barro los zapatos en buenas condiciones.
Adivinen donde dejábamos estos zapatos; Si!!! debajo del banco de la sala de espera para damas de la estación Villa Adelina. Y al regreso a las 20:30 horas LOS ENCONTRABAMOS!!!
Otra curiosidad: Desde la estación Villa Ballester hacia San Isidro corría un tranvía, el cuál tomabamos desde Boulogne para llegar al cementerio de San Isidro (Alsina y Haedo) ya que por ese entonces 1931, todavía no existìa el Cementerio de Boulogne.
La provisiòn de leche era por demás fresca: de la vaca al consumidor. Manzana por medio en los fondos de mi casa estaba ubicado el Tambo de la familia Alvarez quienes nos vendían a diario la leche recién ordeñada.
Bueno por hoy suficiente, espero queridos amigos que estos pequeños recuerdos de una anciana, les haya servido para colaborar un poco más con las historia de nuestra hermosa Villa Adelina.
Nuestro sincero agradecimiento para Alicia Pastori y su mamá,
Tere y Miguel.
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