domingo, 22 de marzo de 2020

La Quinta de Ader - D. Julio Ángel Luqui Lagleyze

Las tierras que formaron parte de la Quinta de Ader eran de la "suerte" de Estancia, de 3000 varas de frente y 900 varas de fondo, que le correspondiera a Juan Ruiz de Ocaña sobre el Río de Las Conchas (hoy de la Reconquista) en el reparto del 24 de Octubre de 1580.

Ruiz de Ocaña fue el mayor terrateniente del Pago del Monte Grande y por sus tierras corría la "Cañada de Juan Ruiz de Ocaña", hoy arroyo Morón.

Llegó a manos de su tataranieta Ana María Ruíz de Ocaña (hija de Lázaro Ruíz de Ocaña y Teodora de la Cruz y Bermúdez) la que casó con el capitán Juan Márquez (hijo del capitán lusitano Manuel Márquez de Oliveira y de la criolla Leonor Maldonado. Según relata Hernán Lux-Wurm -"El verdadero origen de los Márquez de San Isidro…" Jornadas de Historia en Vicente López-Agosto 1991-.

Así se inicia la "Chacra de los Márquez" del Pago de Monte Grande que no son más que las tierras De Juan Ruíz de Ocaña llegadas a manos de su tataranieta (Luqui Lagleyze– "Historia de San Isidro"-Apuntes del curso dictado en la Casa de Cultura de San Isidro en 1982).

Sigue en poder de los descendientes de los Márquez y parte de las tierras se venden, en  las postrimerías del siglo XIX a Juan y José Drysdale, fallecidos en 1983 y 1890 respectivamente, abuelo y tío-abuelo de Adelina M. Drysdale, por quien llevara nombre la Estación Villa Adelina (Francisco Diurno-"Adelina, la princesa"-Bs. As. 1991).

Emilio Bieckert, industrial cervecero nacido en Alsacia, compra a los hermanos Drysdale las tierras que estaban entre las calles Italia (Villa Ballester), Lamadrid/Montes de Oca (Villa Ballester y Villa Adelina), avenida Bernardo Ader (Villa Adelina y Boulogne) y Siglo XX/Los Pinos (Según plano de los ingenieros R. E. y E. F. Ballester en 1915).

Bieckert denominó a sus tierras "La chacra" y fueron conocidas popularmente como "La chacra Bieckert".

Aquí aparece la figura de otro alsaciano –personaje central de ésta historia- Bernardo Ader.

Bernardo Ader llega a Buenos Aires alrededor de 1860. Joven, de mirada penetrante y movimientos que trasuntaban gran energía. Era pariente del Barón Emilio Bieckert -ya citado- quien, en ese año, en el tercer patio de una casa de la vecindad frente a la Iglesia de Balvanera, se dedicó a la fabricación de cerveza, como él la concebía y sin más personal que un peón. Dos simples pipas fueron los primeros recipientes que le sirvieron para fermentar el líquido (Centenario Bieckert-1860-1960-"Historia de una cerveza centenaria").

Ader frecuentaba a Bieckert y, como éste, tenía espíritu de empresa. Pero eligió otros rumbos ya que su campo de acción fueron los negocios inmobiliarios, terreno en el que logró éxito.

Caso con Elena Schulze (o Schultze) y tuvieron tres hijos: dos varones (Eduardo y otro cuyo nombre desconocemos) y una niña, Ana Elena.

La salud de Eduardo no era buena y los médicos le recetaron "aire de campo". Ader recordó la chacra de Bieckert en los alrededores de Buenos Aires (Villa Adelina y Villa Ballester) ya que a la zona se la consideraba "la Córdoba de Buenos Aires", según rezaron propagandas de remates posteriores. En realidad es una zona alta y –por entonces- gozaba de una atmósfera muy pura (que posteriormente se encargaron las industrias de arruinar).

Se presentó entonces a su pariente y ofreció comprar la chacra. No se sabe realmente la fecha de la compra, pero en el Expediente 163 de la Municipalidad de Vicente López, fechado el 19 de agosto de 1907 (Archivo del Instituto de Investigaciones Históricas) aparece una nota firmada por Bernardo Ader (con domicilio en Bolívar 189) y por el arquitecto Pedro Jurgensen, en la que se solicita permiso para "…la ampliación de la casa quinta conocida como la "chacra Bieckert" que consta de 93,37 m2 de edificación de una sola planta baja y refección del edificio existente". Acompaña planos y, a fojas 2, incluye una memoria descriptiva de los trabajos.

Así, en 1907, las tierras ya eran propiedad de Ader.

Exitoso en sus negocios -como dijimos- Ader también era filántropo y costeó la construcción del edificio de una escuela y la iglesia de Villa Ballester.

La actual avenida Ader -según hipótesis muy posible de Roberto Conde- podía haber sido por entonces una variante del tramo ya desaparecido del Camino del Fondo de la Legua (cortado en Vicente López entre H. Yrigoyen y Paraná y sustituído por un atajo entre Paraná e H. Yrigoyen que lo unía al Camino de las Lomas) (Luqui Lagleyze-"La Torre de la Independencia"-1991 e "Historia de Vicente López" Buenos Aires-1989)

Por ello, en la actual esquina de Bernardo Ader y Montes de Oca se hallaba la entrada al predio la que cerraba un espléndido portón de hierro forjado.

También en esa zona estaba el "casco de la chacra".

En 1907 u 8 Ader se trasladó con su esposa e hijos a la casa de ese "casco".

Parquizó los alrededores de la misma y pasó allí temporadas magníficas.

Ader deseaba levantar un verdadero castillo en su quinta y para ello –aprovechando las cercanías del Centenario de la Independencia decidió comenzar con la torre mirador que integraría el conjunto.

Se inicia entonces el expediente 23/16 de la Municipalidad de Vicente López (Archivo del Instituto de Investigaciones Históricas) en el cual figura una nota firmada por Steffaneti e hijos en la que se solicita "(sic)…el permiso respectivo para construir en la propiedad del señor Bernardo Ader una torre mirador" Si bien anuncia que acompaña planos, estos no se hallan actualmente anexos al expediente. El domicilio de los constructores es Jorge Newbery 3436 y es curiosa la forma en que está escrito el apellido Newbery.

De acuerdo a lo informado por el ingeniero R. Molinari, se aprueba el 3 de julio con la firma de "Brusco" y otra ilegible.

Ader encarga el proyecto a los ingenieros civiles Artaza y Marino.

Según el arquitecto Net (Manuel I. Net-"La Torre de Ader" Proyecto IV-Año 1 N° 3-Abril 1991)"…por la simplicidad de su forma, la planta cuadrada y las paredes verticales, se aparta de los modelos italianos…" Sin embargo comúnmente se la define como de "estilo florentino".

Asimila Net a la Torre con la Giralda, pero aclara "…la torre es bastante más modesta que la Giralda…es en cambio significativamente más esbelta, la relación del ancho hasta la base del balcón es 1:6" (La base tiene 6,10 m de lado).

Añade Net que allí termina la similitud con las torres árabes ya que no pudo escapar a las influencias estilísticas del momento y a la libertad del "eclecticismo"

Los revoques imitación piedra y los ladrillos de máquina le dan aire de construcción inglesa y cierta reminiscencia con la torre de "Los Ingleses". Critica Net las escaleras de desarrollo curvo que acceden a la planta.

También contradice Net los de "50 metros de alto y 274 escalones" y dice que mide 42,30 y tiene 230 escalones.

La piedra fundamental de la torre se colocó el 9 de julio y Ader la denominó Torre de la Independencia a aunque su nombre popular es Torre Ader.

Se ignora cuando se inauguró pero sí se sabe que Bernardo Ader pronunció una sentida oración patriótica conmemorando el centenario de la Independencia.

En su frente, sobre la puerta de hierro forjado campea la leyenda "Mon droite et mon Dieu" (sic) que invierte la del escudo inglés, no sabemos si por un simple error del constructor o por juramentos masónicos, logia a la que pertenecía el propietario.

Ader subió  una sola vez a la torre, ya que poco después enfermó y falleció (calculamos que septuagenario). Así se frustró la concreción de un sueño: el castillo del cual la torre era una parte.

Se tejieron -y se tejen- mil versiones, a cual más disparatada, sobre el porqué de su erección: para ver submarinos alemanes en el río (¿?). para prever malones de los indios (¡!), por una promesa… Pero nunca se da la más lógica: ¡Porqué se le dio la gana!, que es el motivo principal de las acciones humanas.

Hasta aproximadamente 1938 la quinta sufrió pocos fraccionamientos (En V. Ballester, en parte de Villa Adelina y en Boulogne) pero la torre no se vio involucrada, como se ve en el plano del remate de Furst Zapiola de 1938 (De los Patos-San Isidro- a Rafael Obligado-Villa Adelina-). Seguía en poder de los herederos de Ader. Igual ocurre en el remate de S. E. Astorga de circa 194  (los dos que hemos hallado, uno –Furst- En la Dirección de Geodesia de la Provincia, y el otro –Astorga- en el archivo del Instituto de Investigaciones Históricas); en este último la Torre ya figura en un "rond-point" de 11 metros de diámetro en la intersección de Triunvirato y Castelli. Y sigue en poder de sus descendientes.

De sus hijos no hubo sucesión. Su hija Ana Elena casó con Grunbaum y tuvo dos hijas: Elvira y Bernardina Grunbaum Ader que casaron con los hermanos Torralba.

Estas últimas -sus nietas- donan la torre al municipio y el 16 de octubre de 1967 se sanciona 3461 "…aceptando la donación de la fracción de tierra conocida como Torre Ader (sic) efectuada por doña Elisa G. A. de Torralba y Bernardina G. A. de Torralba, nietas de Ader"

Se suceden una serie de proyectos, pero nada se concreta mientras la torre en manos de unos "caseros" se va deteriorando y los chicos de la vecindad rompen sus vidrios a pedradas.

Al fin, durante el gobierno del comisionado coronel Ursini se expide el decreto 250 de la Municipalidad dispone su restauración ("La Nación" 7 de agosto 1980) la construcción de sanitarios (ya que carecía de ellos) y la designa como sede del Instituto de Investigaciones Históricas local.

La restauración llevó más de un año. Y desde ese año 1980 hasta 1987 el Instituto estuvo presidido por el licenciado Francisco Romeo Grasso, quien publicó una docena de Boletines, un libro sobre los nombres de las calles y una historia del periodismo en V. López, esta última a cargo de María Ligia Vich. Vacante de 1987 a 1990 la Torre volvió a deteriorarse, se rompieron vidrios, el yuyo invadió el "rond-point" un camión derribó el alambrado y se hizo cancha de futbol ante la desesperación del personal administrativo a cargo que nada podía hacer más que pedir ayuda municipal, que no llegaba.

Así en 1990 asumió la presidencia el Dr. Manuel Guillermo León, la asesoría histórica el Dr. Julio Luqui Lagleyze y la dirección de la Hemeroteca, María Ligia Vich.

Con cooperación municipal, de Laboratorios Glaxo, del Club de Leones y de la Unión Vecinal se puso nuevo cerco, se repusieron vidrios, se pintó parcialmente, se parquizó el predio y se colocaron nuevos vidrios.

Las nuevas autoridades, hasta fines de 1991 (un año y medio de actuación) publicaron 15 boletines mensuales (de marzo a diciembre), 9 cuadernillos de Barrios, dos cuadernillos sobre nombres antiguos y modernos de calles del partido-ciudad y una breve historia de Vicente López. Además se enriqueció el archivo y se intensificó la investigación.

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